Como si ya los empresarios y trabajadores no tuvieran bastantes preocupaciones a la hora de mantener los puestos de trabajo con el impacto de más impuestos, ahora deberán estar pendientes de varios elementos que van a incidir desde enero del 2023.
En el panorama, EL NUEVO SIGLO auscultó los puntos esenciales que de una u otra forma afectarán los presupuestos de las compañías, pero también las condiciones del trabajo.
Entre los primeros están las modificaciones a la jornada laboral que desde el próximo año disminuirá una hora; el salario mínimo, que se debe establecer a finales de diciembre; la incidencia que está dejando la profunda devaluación del peso, que está afectando a todos los sectores, así como el aparente congelamiento de nóminas que determinarán las empresas ante el impacto de la tributaria y la relocalización de los subsidios tanto a las nóminas como los que actualmente reciben trabajadores como Ingreso Solidario.
Además, otro elemento que se suma a todas estas preocupaciones es que se teme un aumento de desempleo dado el impacto de los impuestos y que es posible que disminuya la inversión extranjera hacia sectores importantes como el de la construcción o el de infraestructura.
Jornada laboral
La ley que permitirá que a partir del 2023 se reduzca en Colombia la jornada laboral de 48 a 47 horas semanales y de allí hasta llegar a 42 horas en el 2026, ha generado incertidumbre tanto entre los analistas como en los empresarios.
Ahora bien, respecto a los retos que tienen las empresas, se presenta un efecto dominó generado de acuerdo con el recargo por el trabajo suplementario y demás acreencias. Esto obligaría a los empleadores a buscar eficiencias laborales y de producción, sin afectar la operación y los servicios que ofrecen.
Según cálculos entregados por la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI), el plan dejaría un costo anual cercano a los $26,9 billones. Lo anterior teniendo en cuenta que, para cubrir la carga de las horas no trabajadas en la semana, se tendrían que destinar $85.309 por cada uno de los 6,2 millones de empleados que en el país laboran más de 40 horas a la semana.
Otro aspecto que cabe destacar es que la ministra de Trabajo, Gloria Ramírez, dio indicios de que se plantearía volver al horario de 6:00 a.m. a 6:00 p.m., para la jornada diurna, y de 6:00 p.m. a 6:00 a.m., para la jornada nocturna. Al respecto, el director de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), Jaime Alberto Cabal, mencionó que esta decisión “supondría un impacto para el sector comercio, uno de los que más genera empleo en la economía nacional”.
Para él, en lugar de mejorar las condiciones laborales, el aumento de las horas extras hará que menos gente tenga empleo porque generarlo será muy costoso: “el incremento de los costos laborales, en promedio, sería superior en un 30% a los actualmente vigentes”, explicó el líder gremial. Además, se afectará la competitividad y productividad de Colombia y las empresas.
Salario mínimo
El salario mínimo para el 2023 es uno de los puntos que tal vez tendrán que tratarse con pinzas, pues el costo de vida ha venido en aumento durante este año y, según los expertos, terminará de la misma forma y continuará al alza parte del próximo año, lo que sigue afectando el bolsillo de los colombianos.
Sin embargo, han dicho los empresarios que, si bien es importante tener un ajuste, no se puede desconocer que las empresas también han atravesado un efecto pandemia y pospandemia y que deberán afrontar el reto de seguir generando empleo.
Según el cronograma establecido por la Comisión de Concertación de Políticas Salariales y Laborales, empresarios y sindicatos deberán poner sobre la mesa sus propuestas para reajustar el sueldo básico que devengarán no menos de dos o tres millones de trabajadores en Colombia.
Entre tanto, empresarios advierten que, con la tributaria aprobada en el Congreso, aumentaría de forma drástica la tasa de impuestos al sector productivo, lo que golpeará su rentabilidad, limitará nuevas inversiones y muy posiblemente incremente el desempleo.
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Dólar
De acuerdo con varias compañías, otro problema que han tenido que sobrellevar es la volatilidad del dólar, que ha alcanzado máximos históricos, superando la barrera de los $5.000. Esto puede afectar de manera significativa el costo de las materias primas de varias compañías en el país y de esa forma sus costos de producción.
Al respecto, la Cámara de Comercio Colombo Americana, AmCham Colombia, ha dicho que uno de los elementos que siempre aflora es el beneficio para las exportaciones, en tanto que las empresas que venden sus productos al exterior recibirán más pesos. En el análisis del panorama hay que tener en cuenta que un dólar alto tiene impacto para los productos importados y, si se considera el mercado de Estados Unidos, el 70% de lo que se importa desde allí no se produce en Colombia; sin embargo, también, al ser un tema mundial, lo importante es la proveeduría competitiva.
“Los productos que nuestra industria sea capaz de producir, competitiva, tienen la posibilidad de generar unos ingresos mayores al ser exportados. Pero no es tan sencillo porque en el comercio exterior suceden muchas variables, como transporte, los plazos de entrega, los tiempos de pago, la demanda, entre otros factores”, sostuvo María Claudia Lacouture, presidenta de AmCham.
Los subsidios
De otra parte, los subsidios que ayudaron a muchas empresas a paliar el impacto de la pandemia y recuperar parte de su crecimiento, finaliza en agosto del año entrante. Se trata de la estrategia “Sacúdete”, que se convirtió en política pública para la creación de nuevos puestos de trabajos, a partir de la Ley 2155 de 2021. Esta no solo se limita a población joven, sino que se dirige a toda la población colombiana. Con este mecanismo, las empresas han podido ampliar sus nóminas sobre todo en el grupo de jóvenes de 18 a 28 años. En este grupo, el empleador recibe un subsidio a la nómina del 25% del salario mínimo.
De otro lado, están los trabajadores, que en parte muchos se ayudaban con el programa de Ingreso Solidario, que irá hasta diciembre de este año. Esta fue una iniciativa del gobierno del expresidente Iván Duque, tiene como fin ayudar a solventar las consecuencias sociales y económicas que dejó la pandemia por el covid-19. Desde marzo y abril de 2022, se aumentó la cobertura del programa, pasando de 3 millones a 4 millones 85 mil hogares beneficiarios.
Creación de puestos de trabajo
Sin duda una de las mayores preocupaciones de los colombianos es el empleo y aún más teniendo en cuenta el costo de vida actual. Es por ello que tanto el Gobierno nacional como el empresariado deberán llegar a acuerdos para reducir la cifra de desempleo a un dígito y seguir generando puestos de trabajo. Pues, aunque el desempleo ha caído en los últimos meses aún está lejos de alcanzar una sola cifra. De acuerdo con el DANE, el dato a septiembre está en 10,7%.
Sin embargo, gremios y empresarios han dicho que, con la actual reforma, así como el aumento en los costos de producción y materias primas por cuenta del dólar, como por ejemplo el alza en el acero, indispensable para sectores como el constructor, entre otros factores que afectan la rentabilidad de diferentes compañías, podría disminuir la contratación de empleados el próximo año.
Al respecto, Bruce Mac Master, presidente de la ANDI, sostuvo: “Tenemos la inmensa responsabilidad de propiciar las condiciones para que se mantengan y ojalá se puedan seguir generando empleos, especialmente formales; lo cual depende sin duda de la capacidad para atraer inversión y la confianza que pueda generar el país como destino para hacer empresa”.
Por su parte, la ministra de Trabajo dijo en su momento que “esta reforma laboral la vamos a construir con las partes involucradas, o sea, empresarios, trabajadores, a través de sus centrales sindicales, y vamos a llamar a la academia para que nos acompañe”.