Hoy día expresarle un cumplido a una mujer conlleva un alto riesgo, dado que puede interpretarse como irrespeto e, inclusive, llegar a considerarse como un abuso de confianza o acoso, aunque exista una gran diferencia entre la falta de cortesía y la admiración, sobre todo si ésta se hace con caballerosidad para halagarla por su belleza, sus condiciones intelectuales o su presentación personal.
- ¡Todo depende de la intención...!, afirman algunas; no obstante, es pertinente aclarar que ser galante nada tiene que ver con malsanas intenciones. Todo lo contrario, "ese gesto hace de los humanos, seres sociables y atentos para con la mujer"...
"Galantería es todo lo opuesto a grosería y mala educación". (https://t.co/Dd88yHnejr).
La exaltación o el elogio de los encantos femeninos, calidades y méritos, no puede interpretarse a priori como si la finalidad siempre fuese insana; sin embargo, habrá veces que les resulte molesto, así se haga correctamente.
La realidad es que en la era moderna son pocas las damas que simpatizan con esta tradicional costumbre.
Estadísticas recientes dan cuenta de que a más del 90% de las mujeres les incómoda escuchar piropos, "con mayor razón si provienen de un desconocido".
Es cierto que años atrás era diferente, cuando con frases bonitas se escribían canciones y se hacía poesía sin ser eso un "acoso".
Quizás, en ese entonces, algunas pudieron incomodarse pero no se atrevieron a decirlo. Hoy día, el talante del sexo femenino es otro, y abiertamente manifiestan lo que no les gusta.
Pero así mismo, el trato era diferente; ahora el estilo de la relación entre hombres y mujeres le imprime rudeza y tosquedad, como también al modo de expresarse.
En el libro "Buenos modales, buenos negocios" se afirma que la falta de buenas maneras en los (as) jóvenes de hoy día es evidente y comenzó a presentarse hace apenas unas décadas, debido a la falta de educación en su casa como en la escuela".
Otro factor al que podríamos atribuirle su animadversión es la desconfianza y la inseguridad generalizadas, lo cual hace que las mujeres por obvias razones actúen a la defensiva y tomen las cosas con más cautela y recelo.
Entre tanto, la columnista Bertha Ramos de El Heraldo de Barranquilla (berthicaramos@gmail.com), ciudad de lindas mujeres, expresa: "me resisto a compartir esa actitud un tanto extremista, que considera que un piropo es una afrenta a la dignidad...Yo no sé si me equivoque, ojalá que no, pero invito a las mujeres a respirar profundo y a evaluar las diferencias entre un piropo y el acoso callejero. Las convoco mejor a desenmascarar a los hombres pusilánimes que ignoran sus cualidades intelectuales; a todos los que esclavizan con el sexo; a todos los que golpean con la palabra".
Mientras, de otro lado, las feministas dicen que el reconocimiento de la belleza y las virtudes nada tiene que ver con el piropo... Y que además, "piropear" es una actitud machista, pues si la mujer no ha pedido opinión sobre su cuerpo "no se le puede obligar a escuchar o a tener que aceptar lo que al hombre le apetezca decirle".
Opiniones, todas muy respetables.
En conclusión, la igualdad de género, ya lo anotamos en otro escrito hace algunas semanas, debe pregonarse en contra de las reacciones puramente emocionales y de bajos instintos, en procura de una amable convivencia.