Alfonso Orduz Duarte | El Nuevo Siglo
Sábado, 16 de Mayo de 2015

Glifosato

 

El tema del glifosato, es decir, el de  su uso para erradicar cultivos ilícitos no es nuevo, y lo curioso es que en nuestro país, sus autoridades han cambiado radicalmente de opinión sobre este particular. Tanto que fue en su momento uno de los factores de distanciamiento entre Colombia y Ecuador. Acudo a mi memoria, a lo que me acuerdo que sucedió entre los dos países uno de los cuales es el mío.

Con uno de los avances en la estrategias para acabar con el cultivo de la coca fuimos informados que se iniciaría el combate aéreo a base de cómo se hace con la agricultura convencional la de fumigación de las plantas productoras de la coca. Su cultivo en territorios del sur sería eliminado a base de la fumigación por vía aérea con glifosato. Hubo entonces un serio y airado reclamo de Ecuador porque los efectos de esta aspersión se estaban manifestando en el vecino país. Hubo desde luego un mutua manifestación de reclamo en los dos países; el uno que pedía que las fumigaciones así como se sucedían dentro del territorio colombiano, los efectos se estaba sintiendo en territorio ecuatoriano. Pedían que estas aspersiones aéreas se realizaran más al norte de la frontera. La reacción nuestra fue dura, hasta llegar a que un ministro muy próximo el Presidente de turno, como deben ser todos los ministros, se ofreció a estar en zonas de aspersión en los momentos en que ésta se realizara para en propia carne demostrar que el glifosato no tenía efectos malignos en la salud de quienes a sus efectos se sometieran. Mi memoria en este caso no es lo suficiente como para recordar si este funcionario público se sometió al experimento para el cual se ofreció. Lo cierto es que si así lo hizo no se supo de resultados adversos que haya sufrido.

Hoy, bastantes años después, se ha llegado a la conclusión de que el glifosato es malo para la salud por lo cual su uso va a ser prohibido. Si los efectos del glifosato son tan malos para quienes están en tierra, parece una medida prudente que no se expongan a quienes están dedicados a cultivos lícitos e ilícitos los afectos dañinos del tal glifosato. Otro tema que surge de la discusión de este asunto es la de saber qué efectos prácticos, es decir, si la producción de coca ha tenido una disminución significativa. Según se lee en las informaciones la incidencia en la disminución de las áreas cultivadas no ha sido significativa. Parece ser que la acción más efectiva es la erradicación manual, la cual donde se ha podido realizar ha tenido efectos positivos, no precisamente para quienes son encargados de esta labor que es tan peligrosa como estar en los frentes que combaten a narcos y narcoguerrilleros.

Todo nos lleva a concluir que en tanto la producción de la coca esté auspiciada por el consumo, la estrategia para su eliminación es tarea muy difícil.