Más la valiera no hacerlo
¡Qué tremenda paradojas las que ofrece la vida! Una de las obras importantes que dejó la presidencia del general Rojas Pinilla fue la hacer de Bogotá en vez de una ciudad alargada en el sentido sur norte, una que se desarrollara en otras direcciones, hacia occidente, porque hacia oriente tiene la formidable limitación de las montañas de la cordillera oriental. La construcción del aeropuerto Eldorado, que ahora parece que le van a cambiar de nombre, pero para todos los bogotanos y para todos los colombianos continuará siendo conocido con el nombre que los conquistadores impulsados por la codicia le dieron a un virtual lugar que buscaron, pero que no encontraron, el cual según las leyendas estaba repleto de oro. Es un nombre que tiene raíces en nuestra historia que vale la pena mantener. No hay que olvidar otra controversia como fue el nombre; si el nombre estaba compuesto del artículo y el nombre o si debería ser una sola palabra como finalmente quedó, Eldorado, gracias a la intervención lingüística del profesor Luis López de Mesa, quien en su sabiduría en estos asuntos nos dijo que debería ser una sola palabra.
Simultáneamente se construyó el Centro Administrativo que hoy aloja a varios ministerios y oficinas del Estado. Estas obras, como suele suceder entre nosotros, fueron objeto de toda clase de controversias y críticas que con el correr del tiempo han demostrado que fueron equivocadas, pues a la postre resultó una buena iniciativa. Pero estas obras requerían de una vía de comunicación que permitiera la utilización tanto para el aeropuerto como para las oficinas gubernamentales. Así se construyó la Avenida a Eldorado, que incorporó todas estas obras en forma efectiva y eficiente al torrente de transporte de la capital. No es del caso hablar de los desarrollos urbanísticos que generaron porque están a la vista y disfrute de todos. Pero como suele suceder con los seres vivos, la ciudad creció y, como a los niños, la ropa le fue quedando pequeña. Es así como Eldorado está siendo remodelado y ampliado. Así como cuando se construyó Eldorado fue unos de los aeropuertos de avanzado en América Latina, ahora estamos ampliándolo, un poco tarde, es necesario reconocerlo, pero el nuevo contará con todo lo mejor de lo que se usa en materia de instalaciones, ayudas de aeronavegación y servicio a los pasajeros.
La Avenida Eldorado no podía quedarse atrás y se decidió mejorarla para permitir que el sistema de transporte que nos ha puesto a la vanguardia, llegara hasta sus proximidades. Las equivocaciones en el proceso de contratación y ejecución han colmado la paciencia ciudadana. Se anuncia que la alcaldesa encargada va a dar al servicio un tramo de esta vía que no va a poder ser utilizada porque está incompleta. Mas la valiera no hacerlo; todos nos vamos a sentir burlados ante este acto que más tiene de demagogia. La seriedad con la cual manejó el encargo que se le hizo se va a ver empañada con esta supuesta entrega. Un factor adicional a la desconfianza en las acciones del Gobierno.