ALFONSO ORDUZ DUARTE | El Nuevo Siglo
Sábado, 11 de Febrero de 2012

¿Peatonalizar sin alternativas?

Todos los alcaldes de la ciudad se han preocupado por el bienestar de los que la habitamos; de eso no se puede tener duda. Otra cosa es que hayan tenido éxito en las tareas, los programas y planes que se propusieron. Uno de los burgomaestres que se recuerda es a Mazuera Villegas quien se propuso darle a Bogotá una fisonomía de gran ciudad. A él se le debe, por ejemplo, la carrera décima que adelantó contra viento y marea, lo mismo que la calle 26, hoy vía de señalada importancia. Son muchas las iniciativas que a él se le atribuyen y que aún perduran. Otra cosa es que el vertiginoso crecimiento de la capital que razonablemente no era previsible, haya arrollado las previsiones que en materia de vías se hicieron.
No se puede, por ahora, opinar en forma diferente del nuevo alcalde de Bogotá, elegido según la reglas establecidas que lo ha puesto al mando de un conglomerado de algo así como 7 millones de habitantes que con expectativa esperan que todas sus iniciativas se concreten para beneficio y bienestar de todos, sin distinción alguna.
Capitales y ciudades importantes del mundo han tenido gran consideración para con los peatones que desean trasladarse de un lado a otro ya sea en plan de paseo o en desarrollo de sus propias actividades laborales. Es el caso, por ejemplo, de Viena, en donde un sector importante de la ciudad, el centro que es el sector comprendido dentro del Ring, se ha peatonalizado. Pero esa peatonalización ha tenido un estupendo telón de fondo, desde el punto de vista de la movilidad, y es que el ciudadano cuenta con estupendos medios de transporte como son el metro y el tranvía, no para circular dentro del Ring, sino para poder llegar a él que es una zona en la cual se desarrollan actividades ciudadanas importantes como el Teatro de la Ópera que está dentro de él. Además, existen restaurantes, salones de té o Konditoreien como son conocidas en alemán, que hacen la vida amable.
Nuestro alcalde, que estamos hasta ahora estrenando, ha propuesto entre muchas otras cosas, que la Carrera Séptima de la Plaza de Bolívar hasta la Calle 26 sea usada exclusivamente por los viandantes. La iniciativa, en abstracto, desde el punto de vista puramente académico no parece descabellada a menos que se tome en cuenta la situación de la movilidad global en la capital. La pregunta que el más ignorante se haría es el precario concurso al tránsito de automotores de la calle cuyo destino se quiere cambiar, ¿cómo se reemplazaría? Las vías paralelas son la décima, ojalá la terminen de adecuar pronto, la Caracas y más hacia occidente no es del caso considerar otras. Hacia el oriente las paralelas son vías estrechas, las mismas de la época de la Colonia que se han venido adecuando. En el sentido oriente occidente, la Avenida Jiménez está ocupada por Transmilenio que presta un buen servicio y tal vez la calle sexta pueda considerarse. Propónganos junto con la peatonalización una alternativa a la movilidad, señor Alcalde.