Amor y autoperdón | El Nuevo Siglo
Sábado, 12 de Noviembre de 2022

Los seres humanos tenemos una condición muy dolorosa: hablamos de amor, pero nos cuesta perdonar, como si lo uno no estuviera estrechamente relacionado con lo otro.  Necesitamos integrarnos.

Ser amados es una necesidad vital, que no satisfacemos mientras no nos demos cuenta de que estamos hechos de amor, de que somos amor.  Mientras ello no ocurra, lo seguimos buscando afuera: en la familia de origen, la pareja, los amigos, las mascotas y, por extensión, en todo lo que existe.  Esto es perfectamente legítimo en nuestro proceso de evolución.  De repente se nos olvida que podemos encontrar el amor adentro, que somos dignos de amor, empezando por el propio: como nos equivocamos, necesitamos perdonarnos a nosotros mismos y reconciliarnos con quienes somos, haya pasado lo que haya pasado, sin condición alguna.

Hay teorías que afirman que el perdón es un acto de soberbia, pues, al fin y al cabo, ¿quién soy yo para perdonar a otro?  Yo tengo otra mirada: como aquí todos nos equivocamos, tanto con nosotros mismos como con los otros, creo que en el perdón nos hacemos humanos evolucionados.  Humanos ya somos, por eso erramos; somos humanos evolucionados cuando logramos abrazar al otro con sus equivocaciones, algo que no podremos hacer sin primero habernos abrazado a nosotros mismos, con todas nuestras fallas.  Verdaderamente, en el autoperdón evolucionamos, porque hacemos conexión con el amor que somos.

Necesitamos, para empezar, hablar de amor con esperanza y anhelo a la vez que nos perdonamos a nosotros mismos: no hay dicotomía.  Todos los seres humanos tenemos razones para autocastigarnos, pero también para autoperdonarnos.  Somos como niños, que aprenden paso a paso y requieren una actitud compasiva.  Entonces, te invito a que hagas la lista de cosas que requerirías perdonarte, no para meter el dedo en la llaga de la culpa, sino para que abraces tu humanidad con todos esos errores, identifiques qué puedes aprender de ellos y en un profundo acto amoroso te perdones.  Te invito a que dejes de lado los juicios de valor sobre esas equivocaciones que has cometido, porque si continúas en el juicio es posible que caigas en otro error: el de creer que hay acciones imperdonables.

No creo que lo imperdonable exista.  No te pido que creas esto ciegamente conmigo, sino que experimentes el amor propio en ver tus errores como parte del proceso de vivir, a partir de los cuales puedes generar nuevos aprendizajes: amarte incondicionalmente, poner límites sanos -a ti mismo y a los otros-, escuchar a tu cuerpo, tramitar oportunamente tus emociones, alinearte con tu propia divinidad…Podemos autoperdonarnos, avanzar en cómo corregir los errores y aceptarnos con toda nuestra historia. Así, nos reconciliamos, nos integramos y evidenciamos que somos amor.

@edoxvargas