Enero es como une tempestad de optimismo, de alegría, de ganas de conquistar el mundo. Pensamos en cambios, en proyectos, analicemos expectativas. Así, miramos escenarios, espacios, horizontes. Enero contiene mucha energía, nos conecta con la tierra genitora. Al fin y al cabo nacemos per crear, para producir abundancia.
Febrero es tiempo para hacer ajustes, fortalecer programas buscar claridad en los caminos. Seguimos abriendo puertas, ventanas, posibilidades. Pensamos que la confianza en sí mismo, es el secreto del éxito. Quitad al hombre el entusiasmo y la excitación de las pasiones y lo habéis reducido a un tronco inerte.
En Marzo el realismo nos obliga reflexionar. Nos enteramos que no todo lo que brilla es Oro. EL pusilánime dice, como no ambiciono a nada no haré nada. La objetividad nos hace ver que existe la humanidad lobo y la humanidad cordero. Hay que tener le fuerza del león para superar los obstáculos y la astucia del Zorro para no caer en las trampas. Un filósofo decía: “Lo que no nos mata nos fortalece”. El deber inexorable es perseverar en los grandes ideales, en las cosas fértiles de la naturaleza, en lo constructivo.
En Abril entendemos la estrategia de dejar decir, con tal de que nos dejen hacer. El que ríe de último ríe mejor. En muchos sentidos nuestros semejantes nos superan. Aprendamos de éllos. ¡Si tu amigo no señala tus fallas y falencias, busca un adversario que te haga esta obra de caridad! El ser humano actúa más como siente, que como piensa. El frívolo repite: “El dinero lo puede todo” Sí, pero entre rufianes. Jamás en una sociedad de principios y valores.
Mayo nos enseña que sin poesía no se puede vivir. Es un mes entrañable, ameno, fascinante. Incita a la calma absoluta, los serenos goces del hogar, la contemplación misteriosa de la naturaleza.
Junio es un mes rápido, vibrante, Ileno de sorpresas de toda índole, se vive a toda plenitud. Son días de frivolidad, intrascendentes, la banalidad lo domina todo. Algunos exclaman: ‘gozo, luego existo”. No es época de densidad, de resoluciones profundas.
En Julio con el sol a las espaldas y más allá de la mitad del año, se practica el aforismo chino: “La buena memoria consiste en saber olvidar”. La felicidad no es del que más tiene, sino del que mejor sabe disfrutar lo que posee. El más poderoso es el que menos necesita de los demás.
Agosto es la aplastante vitalidad del sol. Todo es alegría, movimiento, fiesta, época de vacaciones, viajes, festines. Los jóvenes quieren ser fieles y no pueden; los viejos quieren ser infieles y tampoco pueden.
En Septiembre nos sentimos molestos con ciertas gentes que hacen la vida amarga, hay que luchar contra todos los sentimientos negativos, contra todo lo que pueda turbar la paz interior o la serena visión del mundo.
Octubre de agua se cubre, según un aforismo popular, los reveses nos desafían. Es de sabios rectificar Tumbos y destinos. Hay que ser como la pelota de caucho, mientras más duro se arroja contra el suelo más alto rebota.
Noviembre, contamos con multitud de elementos indicativos de si el año fue exitoso o frustrante. Lo triste no es caer, lo envilecedor es no reaccionar, El pigmeo en la cumbre seguirá siendo pigmeo y el gigante en el abismo continuara siendo gigante. Tan plausuble es triunfar, como hacer gloriosa la caída.
Al final del año, si estás triste, alégrate, es Diciembre y nace el redentor del mundo. Si tienes enemigos, concíliate, la navidad es paz. Si tienes amigos, búscalos, la navidad es encuentro, si tienes soberbia, sepúltala. La navidad es humildad, feliz el que se siente un poco hijo de cada mujer, un poco padre de cada huerfanito y un poco hermano de cada semejante; esto obliga a vivir en paz y armonía con la familia humana.