La Constitución Nacional establece que las pensiones son prácticamente intocables, salvo mediante una reforma a la misma, como se hizo con el Acto Legislativo # 1 de 2005, que injusta, pero muy hábilmente, eliminó la mesada 14 para quienes en lo sucesivo adquirieran el estatus pensional superior a tres (3) salarios mínimos legales.
Recordemos que también para ese entonces sucedió el incremento del 4% al 12% de contribución a salud, aunque para este asunto no hubiese necesidad de reforma constitucional alguna.
No se entiende entonces cómo ministros y asesores, ahora jurídicos, hacen una propuesta inconstitucional a sabiendas de no tener éxito y lo anuncian como un hecho real para luego salir a retractarse.
O lo hacen con el interés meramente político de granjearse la opinión ingenua de neófitos que flagrantemente desconocen la norma de normas, o por simple terquedad y torpeza.
Entre tanto e independientemente de la discusión sobre la cuantía, el patrimonio y la calidad del beneficiario, vemos que es maña de los ministros de Hacienda de todos los gobiernos olfatear con ganas ese “sebo”, argumentando que el pensionado y sus herederos cónyuges reciben hasta morir un monto superior a lo ahorrado en sus aportes a lo largo de su vida laboral.
Pero si bien es cierto, con ese argumento hay lugar a un debate en particular sobre la existencia de las mega pensiones, el tema no puede servir de excusa para desconocer su blindaje constitucional y tratar a la brava de abrirle un boquete para que en otros Gobiernos se haga extensiva la medida a todos, perjudicando ahí si a grandes y pequeños. Vulnerándose tarde o temprano la fuente de ingresos de la totalidad de los ciudadanos colombianos de la tercera edad.
El remedio a la existencia de las mega pensiones debe ser ex-ante y no ex-pos. O sea, antes de que se causen y no dejar que se configuren para luego gravarlas.
En estricto derecho, las pensiones a nuestro parecer continúan blindadas y más bien debe pensarse en corregir las inequidades, repito, al causarse estas y no permitir que dichas mega pensiones existan.
Ahora no se diga que estamos en contra de este Gobierno.
Nuestro voto por Petro fue racional y por tal motivo no fue un cheque en blanco; estamos atentos y según los resultados nos reservamos el derecho a cuestionar y a exigir si hay lugar a ello. No hemos vendido nuestras conciencias ni hipotecado nuestros derechos y deberes democráticos; el respeto a las libertades de opinión, de expresión, de pensamiento, de conciencia, a la libertad de investigar y de recibir y difundir informaciones e ideas por cualquier medio de expresión... siguen intactos, lejos de permitir una autocracia en la que una sola persona gobierne sin someterse a ningún tipo de limitación y con la facultad de promulgar y modificar leyes a su amaño, semejante a lo que con disimulo unas veces y abiertamente en otras venía sucediendo, lo cual hay que impedirlo.
*Exgobernador del Tolima