“Todos los candidatos se presentan en el papel que la sociedad del espectáculo les exige. Quienes aspiran a convertirse en gobernantes deben revelarse como implacables críticos del sistema, renovadores absolutos, que gracias a su talento, han logrado abrirse paso en el fango de la vida pública” Jorge Volpi
Se inicia una nueva época electoral, en la que nuestros hombres de la patria dan rienda suelta a sus aspiraciones personales, recorriendo municipios, prometiendo puentes donde no hay ríos, haciéndose condecorar con un collar de arepas, tratando de convencer a sus incautos electores.
Surge entre otros, el precandidato Alejandro Ordóñez, ex procurador, a quien le fue anulada su elección en el Consejo de Estado, por hacerse reelegir fraudulentamente con todos los medios prohibidos por la Constitución.
Para él la paz, el cese al fuego, no existen. El tal acuerdo firmado en el Colón, sólo es una entrega de las instituciones al terrorismo.
Es un verdadero espectáculo asistir a las reuniones en las que interviene Ordóñez. En la Universidad del Rosario, estuvo acompañado por algunos estudiantes, por antiguos funcionarios de la Procuraduría, entre ellas una de las aseadoras, cuyo lenguaje al final del foro ya en las afueras de la Universidad fue el de tratar de &wwwhpw& a los miembros de las Farc.
Cuando Alejandro Ordóñez afirmaba en su conferencia “que en el país hay una falta de legitimidad y de confianza en las instituciones, originada por la corrupción y por los acuerdos de La Habana” sus acompañantes manifestaban en coro ¡Siiiiii!.
También advertía que hay necesidad de una constituyente para volver a la Constitución del 91, ellos respondían ¡siiii!, y luego les preguntaba ¿Los guerrilleros entregarán las armas?, cantaban ¡Noooo..!.
¿Será que generando odio entre los colombianos contra unos integrantes de las Farc que están reincorporándose a la vida civil, que han decretado un cese al fuego, se estará construyendo una verdadera paz?.
Este precandidato santandereano sorprende, cuando habla de la conformación de una buena familia declarándose en contra del homosexualismo, de las adopciones por parejas del mismo sexo. Podríamos decir, que es un iluminado por espíritu santo.
Sus argumentos llenos de odio, nos demuestran que sólo quiere pescar en río revuelto. Así como lo hizo en la Procuraduría, en la que le prendió una vela a Dios y otra al diablo.
Para rematar en el foro de la Universidad lo traicionó su subconsciente. Como todo conferencista tenía un tiempo limitado para su exposición, cuando notaba que se le estaba terminando, solicitaba ampliación de los minutos, decía alegremente “utilicemos el tráfico de influencias”.
Al terminar su intervención, salió de la Universidad acompañado por las arengas de algunos estudiantes y de sus exfuncionarios proclamándolo presidente. Se alejó finalmente sonriente montado en su camioneta blindada de color negro.
Ojalá su candidatura no sea augurio negro de la mala suerte que le espera al país, si llegare al solio de Bolívar en el 2018.