CARLINA TOLEDO PATTERSON | El Nuevo Siglo
Viernes, 11 de Noviembre de 2011

Se perpetuó Edad Media
 

 

LAS  elecciones, los estragos de la ola invernal y la muerte de ‘Alfonso Cano’ han causado un barullo mediático que permitió que pasara de agache la reelección de Carlos Ariel Sánchez como Registrador.
Este hombre, quien reinará en la gigante y cuestionada entidad durante 4 años más, obtuvo la más alta calificación en el concurso de méritos y gracias a ello su reelección fue unánime en las Altas Cortes. Eso deja mucho qué decir de los tales concursos porque no basta con evaluar conocimiento, sino que se deben tener en consideración competencias, hoja de vida y el proceder en lo público. Si los señores Mauricio Fajardo, Camilo Tarquino y Juan Carlos Henao hubieran evaluado estas variables a conciencia, como estoy segura lo hacen con otros procesos relacionados con sus cargos, seguramente el resultado hubiese sido distinto.
Pero aterricemos esas lucubraciones a la realidad de lo que son las elecciones en Colombia para evaluar la gestión. El 30 de octubre fui observadora electoral en uno de los puestos de votación en Cali identificados como críticos, porque presuntamente se encontraban en él registradas cédulas nuevas de personas que no las habían reclamado, lo cual sin duda constituye una seria falencia en los procedimientos internos de la Registraduría. La implementación obligatoria del sistema del registro biométrico de huellas dactilares hubiera garantizado que esas cédulas no fueran usadas, pero la incoherencia en las reglas llevó a que se manejara al libre albedrío de los delegados de la entidad.
Evidentemente el proceso es endeble y sujeto al fraude de principio a fin por lo arcaico y por la cantidad de personas que intervienen en el manejo de cada voto. Son muchos los proyectos de reforma del sistema electoral que seguramente han pasado por la Comisión de Vigilancia y Control Electoral del Congreso, y nada. Permanentemente suenan propuestas de mejora, las advertencias no cesan, y entre tanto no sólo siguen muchos de los mismos procedimientos, sino que hay un electorado casi analfabeto sobre lo que está en juego en cada elección, sus derechos y sus deberes.
En mi mundo y en el lenguaje que yo hablo, la continuidad de ese statu quo no es sino falta de liderazgo. Refugiarse en que no hay voluntad política, ni recursos económicos para implementar cambios en el proceso es ciertamente lo más facilista.
La reingeniería en la Registraduría y en un sistema electoral que se quedó en la Edad Media no da compás de espera, pero tristemente hay quienes piensan que la celeridad en los resultados electorales es el único mérito válido.

 

@CarlinaToledoP