El momento de América Latina
La Cumbre de las Américas fue un episodio estelar de la diplomacia colombiana. En ella se discutieron temas vitales para los ciudadanos del continente, como la pobreza y la desigualdad que despertaron la conciencia de los dirigentes reunidos. Los compromisos específicos de los Estados y del BID sobre aportes y políticas son buena prueba de ello. En la región hay 177 millones de pobres, entre ellos, 70 millones de indigentes. Las cifras han mejorado, tanto en la zona como en Colombia, pero siguen colocando a América Latina en el “pódium” de la desigualdad mundial lo que se refleja, según el PNUD, “en brechas de cantidad y calidad de gasto en salud, educación, nutrición e infraestructura”. Hay consenso en que mejorar la calidad de la educación es el principio de la solución, sobre lo que se insistió en la exitosa Cumbre Empresarial.
Otro asunto que evidenció la unanimidad del continente fue la protesta contra la expansión de los países desarrollados y su neo-proteccionismo. Simplemente han pretendido exportarnos su propia crisis. Tales prácticas han conducido a la apreciación excesiva de nuestras monedas, han frenado la diversificación de las exportaciones latinoamericanas y reducido el margen del crecimiento de las economías. Los exportadores colombianos sufren las consecuencias de la revaluación del peso. La gran noticia es que América Latina adoptaría una posición común, desde Alaska a la Patagonia, en el próximo G20.
Se destaca, también, la decisión de avanzar hacia la integración en infraestructura, no sólo en carreteras y autopistas sino en conexiones eléctricas, en ferrocarriles, en la navegación por nuestros inmensos ríos y en tecnologías de la comunicación que propiciarían el intercambio de información y facilitarían su utilización en micro y pequeñas empresas. “Redes hemisféricas”, las llamó el presidente Santos.
Sin duda, los temas acordados tendrán singular trascendencia en el futuro y superaron en mucho la “emotividad tropicalista” sobre las Malvinas y Cuba. A ésta, los albacastristas se cuidaron, con inexplicable temor, de exigirle el acatamiento a la Carta Democrática Interamericana. Por otra parte, el mandato a la OEA de analizar con expertos todas las fases del problema de las drogas, las consecuencias y costos de las políticas actuales y abrir la discusión a nuevos enfoques, es un logro de características históricas. ¿Qué hacía Europa en la época de “la prohibición” en EE.UU.?
Por supuesto, la Cumbre colocó en el centro de la arena el liderazgo tranquilo del Presidente colombiano, como lo reconoció la revista Time. Dio muestras de usar guantes de seda y recursos contundentes. Cada uno a su tiempo. Fue, asimismo, el triunfo de la diplomacia del “no micrófono” que ejerció con sutileza y energía la cancillera Holguín.
P.S. Importante el discurso de Rajoy al recibir el doctorado Honoris Causa de la U. Sergio Arboleda. Fue un acto de gran majestad académica.