CARLOS MARTÍNEZ SIMAHAN | El Nuevo Siglo
Sábado, 8 de Octubre de 2011

El renacer de la esperanza

 

Después de ocho años del Informe de Desarrollo Humano “Callejón con Salida”, el PNUD da a conocer el 2º Informe “Colombia Rural” Razones para la Esperanza, orientado en cuatro líneas de trabajo: Académica, Consulta y Diálogo Público, Difusión e Incidencia. Esta última tiene como propósito “influir en los procesos de toma de decisiones...”. Sobre el particular, tengo una vieja apreciación de los estudios y soluciones que plantean los distintos organismos de la ONU.
En primer lugar, los informes tienen la virtud de la pasión con que son investigados, redactados y sustentados y, en segundo lugar, parecería que con su lanzamiento y denominación se colmaran las obligaciones de las Naciones Unidas: La Década Perdida de América Latina; Hacia una democracia de ciudadanos y ciudadanas; Objetivos del Milenio, son ejemplo de ello. Es sabido que las instituciones multilaterales sólo llegan hasta donde los gobiernos quieren, pero podría la ONU, en casos como los que comentamos, establecer mecanismos que impulsaran a los gobiernos a apropiarse de las soluciones y a cumplir con los altos objetivos señalados. No se trataría de sanciones, más bien deberían establecerse incentivos suficientemente atractivos, pues, es realmente desalentador escuchar cada tanto tiempo, en las asambleas de la FAO, que en tal quinquenio se acabaría el hambre en el mundo, y, contemplar que año tras año crece el número de los habitantes de la Tierra con hambre. Esa tragedia parece ganarnos la partida.
Igual acontece con la Carta Democrática de la OEA, que es violada deliberada y evidentemente por las sátrapas de turno, y sólo se escucha el silencio inmenso de la alta diplomacia que prefiere callar ante los hechos cumplidos. Censura de prensa, delitos de opinión, justicia política, represión violenta, son menú diario del acontecer del mundo, sin que los principios esenciales de la democracia como la libertad de prensa y los derechos humanos, puedan imperar a cabalidad. Vivimos proclamando en abstracto los derechos del ser humano, pero son desconocidos en la práctica.
No se trata de negar los esfuerzos de las Naciones Unidas. Es un lugar común afirmar que se señalan sus fracasos, pero se ignoran los males que evita. En la pasada columna di cuenta de la aplicación actual de un “Marco de Aceleración para los Objetivos del Milenio”, que refleja el interés de la organización en obtener resultados. Por lo tanto es preferible mantener el optimismo y registrar el nuevo documento como un paso muy positivo en el rescate integral del agro colombiano. El capítulo 12, Propuesta de Agenda de Políticas para el Sector Rural, con los análisis tanto del “Sendero inadecuado en el desarrollo rural” como la propuesta de una reforma transformadora del sector, debiera ser de obligado estudio para los actuales funcionarios y para los elegidos el 30 de octubre.