Castrochavismo | El Nuevo Siglo
Martes, 27 de Marzo de 2018

Esta campaña electoral ha introducido un nuevo término en la jerga política nacional. “Castrochavista”. Se usa como ofensa y con el se denota a una persona, supuestamente de izquierda, que pretende seguir los ejemplos políticos de Castro y Chávez para convertir a Colombia en Venezuela.

“Volvernos como Venezuela” repite en coro todos los seguidores de la agrupación política que acuñó el término, para señalarnos el nuevo miedo colectivo que nos debe identificar. Es el comunismo internacional de hace no muchos años, las Farc de no hace tantos o el rayo homosexualizador de hace dos años. Pero nadie nos ha dicho qué es exactamente convertirnos en Venezuela.

Supongo que son los supermercados vacíos, los hospitales sin insumos, la gasolina cara en un país productor de petróleo, la hiperinflación y todo eso que vemos a diario en los noticieros. Pero más grave que todo eso, es el absoluto quiebre de cualquier institucionalidad democrática en ese país. El Consejo Electoral es un órgano de bolsillo del Presidente. La oposición ganó la mayoría en el Congreso (la Asamblea Nacional) e inmediatamente le montaron una Asamblea Constituyente que la vació de poder y funciones. La Corte Suprema fue revocada y en su lugar se designaron una serie de Magistrados de bolsillo que se inventan teorías jurídicas extrañas para dar apariencia de legalidad a cada arbitrariedad del Presidente Maduro o de ese aún más peligroso sujeto, Diosdado Cabello. El Ejército Nacional ha sido cooptado por una camarilla corrupta que ha decidido que la patria es Maduro al tiempo que se ha creado una fuerza paramilitar que opera como falange del gobierno. Los Colectivos.

Tenazmente aterrador todo eso. Porque el precio de la gasolina puede recuperarse, Pdvsa puede volver a ser una empresa decente y hasta los supermercados pueden volverse a llenar de mercancías en un santiamén. Pero lo que si va a durar mucho en recuperarse es la institucionalidad. Generaciones enteras puede costar la reconstrucción del tejido institucional venezolano.

Por eso debemos oponernos a las propuestas de esos políticos que pretenden volvernos como Venezuela. Como el Centro Democrático, cuyas propuestas son lo más objetivamente parecido al Castrochavismo. Su dirigente máximo a quien todos rinden el mismo culto a la personalidad que en Venezuela se rinde a Chávez acaba de crear los “Comités Voluntarios de Base”. Una organización uribista que se parece mucho a los siniestros Comités de Defensa de Cuba o a los Colectivos venezolanos. Un paso hacia el “Castrochavismo”.

Otro paso es la anunciada “revisión de todas las concesiones” a los medios de comunicación, pero sobre todo a los que no le gustan al jefe amado y eterno del CD. Castrochavismo puro y duro. Así empezó la debacle de la libertad de prensa en Venezuela.

Y por si faltara un detalle más, ahora resulta que el candidato de Uribe repitió en los EE.UU.A la propuesta de su mentor, dueño y promotor. Revocatoria de todas las Cortes y creación de una sola integrada, obviamente, solo por los “juristas” que al gobierno le parezcan de buena cuna y buena pluma. Pura “gente de bien” para refundar la patria.

Se nos vino el “Castrochavismo” y no es de izquierda.

@Quinternatte