Recientemente leímos la noticia en EL NUEVO SIGLO de que el próximo Presidente de la Bolsa Mercantil de Colombia sería seleccionado por una cazatalentos.
Por supuesto, lo primero en sorprendernos fue la inesperada renuncia del actual, Francisco Estupiñán Heredia, exministro de Agricultura y expresidente del Banco Agrario, entre muchos otros pergaminos muy merecidos, y quien venía haciéndolo bien al frente de esta institución, la misma que en otros tiempos tuve oportunidad de dirigir, en ese entonces conocida como Bolsa Nacional Agropecuaria, creada para servirle a los agricultores de Colombia.
Hoy día, con el nombre de Bolsa Mercantil continúa siendo muy importante para el país, sin olvidarse del campo.
Razones personales tendría Estupiñán para tomar la determinación de retirarse, pero ésta que es una empresa labrada con esfuerzo de mucho tiempo, seguirá adelante con el soporte del trabajo de las Sociedades Comisionistas que son el alma y nervio de la misma; quienes además no han dejado de lamentar la renuncia en mención, al igual que lo han hecho los principales y más destacados clientes de ese mercado, sobre todo por tratarse de un momento crucial para la organización.
Pero lo más preocupante es que entre los años 2012 y 2016 la Bolsa Mercantil vaya a completar cinco presidentes.
Y más aún, si el que ha de venir proviniese de una cazatalentos o Head Hunter, las cuales para ser claros no son siempre la mejor alternativa.
Es cierto que a ellas concurren importantes ejecutivos con sus hojas de vida para luego ser postulados como redentores en situaciones que a veces ni conocen.
Y por razón de su prestigio, los directivos y accionistas terminan encomendándose a ellos creyendo que se las saben todas.
Pero la realidad es otra según el caso, y este es uno en particular.
Cuando las juntas directivas no saben a quién nombrar y delegan en terceros semejante responsabilidad, arriesgan a caer en manos de cualquier "connotado" candidato de las listas de preferidos de esas Caza Talentos, y no en la persona que verdaderamente se requiere. Diligencia que además es costosa.
Pero para tranquilidad de todos parece que la Junta de la BMC no ha pensado en cometer semejante error. Por lo menos así lo creemos.
En el país era costumbre que los altos ejecutivos surgieran del seno de las empresas, después de hacer escuela y escalar con base en méritos.
Pero hoy día, como consecuencia de las últimas reformas laborales, la rotación de personal se constituyó en todo el territorio nacional en uno de los flagelos más graves, por ser la memoria histórica de empleados y directivos el patrimonio más valioso de una entidad; y porque los recursos invertidos en instruirlos y formarlos son copiosos.
En la Bolsa Mercantil, las Sociedades Comisionistas han construido con su esfuerzo un mercado que merece el apoyo y el reconocimiento del gobierno y del sector privado; igualmente, hay muchas personas que en treinta años que lleva de fundada, han hecho tránsito por allí con sus valiosos aportes intelectuales, teniéndose entonces de donde escoger un Presidente capaz, conocedor del tema y con un alto sentido de pertenencia, surgido del consenso de quienes la integran y no de instancias ajenas a ella, que poco o nada tienen que ver en el asunto.