Mientras los deportistas realizan grandes hazañas y proyectan una imagen positiva de Colombia, otros se encargan de incurrir en actos que la deteriora y nos perjudica; tal es el caso de quienes se dedican a producir series de televisión acerca de las mafias y el terrorismo en nuestro país, para luego venderlas a muy buen precio en el exterior, lucrándose del desprestigio que con ellas se promueve.
Así mismo, la recurrente captura de colombianos en diferentes países, involucrados en el narcotráfico y en distintas modalidades delincuenciales.
La corrupción de funcionarios de alto rango en el Gobierno, entre otros motivos por estar involucrados en los sobornos de Odebrecht y casos semejantes.
Y como si fuera poco, ahora la asquerosa fotografía del adalid de la "Cultura Ciudadana", dando la vuelta al mundo a través de los medios de comunicación.
De quien supuestamente ha "buscado cambiar los hábitos relacionados con la convivencia (...)”.
Imagen que circula como el episodio más reprochable de la instalación de nuestro Congreso de la República.
Hace 25 años, un hecho semejante en la Universidad Nacional, cuando se desempeñaba como rector de la misma, le valió el rechazo, la censura y la crítica de quienes consideramos ese proceder como denigrante y ofensivo, con mayor razón proviniendo de un educador. Sin embargo, por aquello de las paradojas de la vida, le sirvió como punto de apoyo para su proyección política.
Este 20 de julio no se recordará por la posesión de los exguerrilleros y su incorporación al sistema democrático luego de más de 60 años en la ilegalidad; ni por la conformación de las mesas directivas de las corporaciones legislativas; ni siquiera por el contenido de los discursos pronunciados en el recinto como parte del protocolo de instalación, uno de ellos el del Presidente del Senado en medio del cual se presentó el incidente, sino lamentablemente, porque al señor Mockus le pareció muy gracioso volver a repetir su propia "hazaña".
Queda como hecho "destacado" el trasero al desnudo de un "honorable senador" (con minúscula), para recordar más bien por sus actos de incultura; además, porque hay quienes lo aplauden.
Entre tanto, por fortuna, existen también quienes lo reprochan.
Por eso, a raíz de lo sucedido, circula en redes sociales una moción de censura para sancionar y destituir a Antanas Mockus como senador, tanto “por su elección ilegítima", como por sus actos de escándalo público.
Así mismo, porque según afirman, "no está en condiciones mentales para ejercer como Senador."
El exalcalde de Bogotá "es un payaso", dicen otros.
Una publicación en internet, da cuenta que en el 2013 "un estudio realizado por el Observatorio de Imagen País del CESA, a 1.544 extranjeros, indicaba que el 27% de los visitantes y prospectos extranjeros coincidían en asociar la palabra Colombia con las drogas, el terrorismo, la inseguridad y la corrupción. Seguido de un 20% del total de los encuestados que lo asociaban con el café. Atributos como la selva, montañas, playas, arte, cultura, gastronomía y deportes."
Falta ver, cinco años después, qué tanto está influyendo en la imagen de Colombia ante el mundo, hechos recientes en todos los órdenes incluidos el del trasero de Mockus.
País maravilloso, pero qué lástima con gente así. De ahí que nuestro pasaporte siga siendo un estigma.