Por muchos años el estribillo de una campaña auspiciada por el Fondo Nacional del Ganado -Fedegán- para estimular el consumo de carne bovina en el país, "Coma carne no coma cuento", vuelve hoy a cobrar vigencia a raíz de la idea de suprimir voluntariamente un día a la semana el consumo de carne en Bogotá. Pues, si bien hay argumentos en los cuales se sustentan los veganos para no incluirla en su dieta alimenticia por razones de salud, otros sugieren que una menor cantidad de carne contribuirá a reducir el calentamiento global.
Sin embargo, también muchos otros, incluidos los ganaderos, por supuesto, están interesados en cómo sustentar lo contrario.
Entonces, así es como se ha demostrado que la introducción de la carne en la dieta del ser humano tuvo un marcado impacto en su evolución particularmente en su desarrollo intelectual. De la misma forma se plantea que es rica en aminoácidos esenciales y su digestibilidad es mayor que las proteínas de origen vegetal ricas en fibra. “... los productos industriales veganos también erosionan los suelos, arruinan el clima y envenenan el agua” si es que de eso se trata.
Entonces, en lugar de reducir su consumo, la perspectiva en Colombia debe ser que se aumente la ingesta a más de 20 kg per cápita/año, cuando en otros países llega a 30 Kg por persona promedio año.
La Ley 89 de 1993 le ordena al Fondo Nacional del Ganado destinar, por lo menos un 10% de sus ingresos al fomento del consumo de leche y carne en favor de los sectores de bajos ingresos.
Pero si se deja prosperar la idea de no comer carne un día a la semana, primero es la carne de res, luego será la de cerdo y pollo, más adelante los huevos y la leche de vaca y eso no puede suceder.
Entre tanto, "... Uno de cada tres colombianos de los 5 a los 64 años (...) no come carnes o huevos diariamente."
De igual forma, es importante recalcar que nuestra ganadería utiliza grandes extensiones de tierra y se desarrolla dentro de un ecosistema natural que contribuye a contrarrestar y a equilibrar sus propias emisiones de metano.
Lo cierto, es que la mayor cantidad de carne de ganado bovino en Colombia se obtiene en forma natural mediante el esquema PAS, o sea Pasto, Agua y Sal, requiriéndose 36 meses para el sacrificio, mientras en otros países como Estados Unidos se utiliza el engorde de novillos en confinamiento.
En Colombia el 80 por ciento del área rural dispersa de uso agropecuario es pasto, es decir 33,8 millones de hectáreas y en bosques el área supera los 50 millones de hectáreas, casi la mitad del territorio nacional.
Preocupémonos más bien por las 238.000 hectáreas de árboles que se talan al año, siendo la Amazonia, la zona Andina y próximamente el Chocó, los principales centros críticos.
Por último, recordemos que China este año deberá importar 2,8 millones de toneladas de carne de res adicionales, e Irak y Líbano 40 mil bovinos en los próximos meses, además de muchas otras oportunidades que ofrece también el mercado internacional.