El país se desenvuelve como en otros tiempos entre dos extremos de la política cada vez más radicales. Ya lo habíamos dicho; sin embargo, siempre habrá quienes no le caminemos a las confrontaciones airadas y agresivas, porque no somos de conducta visceral, y no nos gusta ni estamos obligados a obedecer a ciegas. Somos una masa autónoma de personas maduras, jóvenes y mayores reflexivos, que nos reservarnos el derecho a decidir democráticamente, con ecuanimidad y sin amarres.
Somos quienes proponemos un punto de equilibrio que haga factible la construcción de una propuesta integral de beneficio general, y no de posiciones extremas.
Hay quienes buscan restar importancia a esta franja calificándola de “tibia”, “tenue”, “difusa”, por no decir indecisa.
No obstante, podríamos considerarnos claves al momento de inclinar la balanza a favor de un candidato que verdaderamente nos convenza, porque somos igualmente ciudadanos con todos los derechos y deberes consagrados en la Constitución y las leyes.
Pensamos distinto y eso incomoda, pero es preferible trabajar sobre nuestras diferencias, seamos de la corriente política que sea, en lugar del insulto, el rechazo y el menosprecio.
Ahí estamos, para que se nos convenza con argumentos.
El siguiente fragmento de un editorial de The Economist, que en algún escrito leí, viene muy al caso y dice: “Los extremistas de izquierda y de derecha se alimentan entre ellos. El odio que cada uno siente por el otro inflama a sus partidarios para beneficio de ambos”; y de ninguno diría yo, porque la política se hace sumando, dice la experiencia.
Lo anterior, si tenemos en cuenta que en las dimensiones económica y social cabe una amplia gama de posiciones no menos válidas que las de los extremos, es ahí donde está la esencia de la unión, siendo ese el lugar donde se encuentren unas y otras; el punto estratégico válido para resolver a favor del mejor candidato.
Hipótesis tomada de reconocidos tratadistas en Ciencias Políticas como el pensador y político italiano Gianfraco Pasquino, quien plantea como posible punto de unión la consigna de combatir la corrupción y garantizar la transparencia, por ser ese un tema que obviamente interesa a todos y para lo cual, agrega: “…Es necesario que los moderados de izquierda intenten buscar una aproximación con los moderados de derecha” y así encontrar una solución democrática”.
Lo requiere Colombia en los actuales momentos.
Pero mientras se promuevan las posiciones extremas, sin más alternativas para al elector, lamentablemente continuará imperando el desorden, el miedo y las amenazas como único método para acceder al poder.
"Las mentes que buscan venganza destruyen los Estados, mientras que las que buscan la reconciliación construyen naciones".
Exgobernador del Tolima