La historia de Ecopetrol está ligada a la voluntad política del conservatismo en tiempos de los presidentes Mariano Ospina Pérez y Laureano Gómez, quienes coincidían en el objetivo político de explotar nuestros recursos petroleros. Ospina, en su gobierno, recibe la concesión de Mares y se propone crear una empresa mixta con capital del Estado y de los industriales antioqueños, para producir petróleo y sus derivados. Con tal fin viaja a Medellín, en compañía de José Elías del Hierro, les propone a varios empresarios que se sumen al proyecto de explotar esos recursos, lo que no cuaja en la medida que éstos alegan que se requiere gran capital, carecen de ingenieros petroleros y les parece muy complejo entrar a competir con las multinacionales.
Posteriormente, llega Laureano Gómez al poder y retoma el tema de explotar nuestros recursos. Con el apoyo de brillantes empresarios de Cali, se inicia la aventura de levantar Ecopetrol y no fueron pocos los que pronosticaron que no estábamos capacitados para aventurarnos a manejar nuestros recursos, pese a lo cual el gobierno siguió en su empeño. Es así como surge Ecopetrol, dando desde sus inicios excelentes resultados.
En la historia industrial y de desarrollo de Colombia, la creación de Ecopetrol marca un hito. Las aves de mal agüero que estuvieron en contra de crear la empresa se vieron refutadas por los hechos. Pronto se demostró que los ingenieros colombianos eran capaces de desarrollar su objetivo, trabajar con mística y servirle al país en el decisivo empeño de desarrollo.
El conservatismo defiende la intervención del Estado cuando la empresa privada no alcanza a llenar estratégicas funciones de desarrollo, lo que se cumple en Ecopetrol. En otros países de nuestra región para forjar una empresa estatal petrolera y entrar a manejar sus recursos estratégicos, apelaron al discurso nacionalista y revolucionario. Aquí, con voluntad política y criterio visionario, logramos dar un paso gigantesco a favor del desarrollo nacional.
Corresponde a los conservadores, como a los dirigentes de otros partidos de orden en Colombia, defender a Ecopetrol, empresa que es de público conocimiento que está siendo mal administrada y pretenden destruirla al abandonar sus objetivos de exploración y producción de sus derivados, dizque para no contaminar el planeta. Esa iniciativa oficial es desquiciada, entre otras cosas, por cuanto al reducir los objetivos de la petrolera y perjudicar sus finanzas, se le da un golpe mortal al pueblo colombiano, dado que con las utilidades de esa empresa se paga deuda externa y se cumplen, entre otras cosas, funciones sociales decisivas. Hace poco modificaron los estatutos de la junta para facilitar su politización por lo bajo. Parece que lo único que les interesa es pagar favores políticos. Se sabe, también, que el sindicato de Ecopetrol, le entregó grandes sumas de dinero a la campaña del hoy gobernante. Lo mismo que el gerente de la empresa, el señor Roa, manejo las finanzas de la campaña presidencial de su actual jefe.
Es de reconocer que, en el gobierno de Alfonso López Michelsen, en medio de una gran crisis política y social, se tomó la decisión de impulsar la producción petrolera y de gasolina en el país. Entonces se les dice a las petroleras: Ustedes, tienen millones de hectáreas de reserva sin explotar, sin invertir, sin mostrar resultados, les damos un plazo para que las pongan a producir o las revertimos a Colombia. Y así fue, millones de hectáreas retornaron a la nación sin bulla y sin escándalos, siendo ministro Eduardo del Hierro Santa Cruz. Fuera de eso, ese mismo gobierno resuelve asociarse con empresas privadas y multinacionales para explorar y procesar el crudo, mediante contratos mixtos, los que promueve el ministro Jaime García Parra. Por supuesto, esa política petrolera contó con el apoyo oficial y desde lo conservador de Álvaro Gómez.
En estos momentos la crisis ha llevado a la empresa a una caída de sus utilidades de más del 42%. Varias compañías internacionales que estaban por invertir en Colombia en el campo de los hidrocarburos se retiran del país. Así que el panorama de Ecopetrol para este año es nefasto. Defenderla debe ser un propósito nacional de todos los partidarios del orden en el país.