En mi columna del pasado Viernes Santo, en un hecho sobrenatural, anunciaba la salida del que fuera más que un funcionario, un católico medieval, como resultó ser el general Sanabria. Es obvio que su profunda condición católica le resultó incómoda a todo el gobierno.
Prácticamente reveló la razón por la cual Colombia es una potencia mundial de la criminalidad y que no es otra que la amplia presencia del “maligno” -como este católico se refiere al demonio- y que la estrategia para exterminarlo son los exorcismos.
Esta revelación no le cayó para nada bien al mismo Petro. Por cierto, jamás había visto que se rebuscara a un general en retiro para dirigir la Policía Nacional. Exótico. ¿Acaso no había ningún oficial activo para este cargo? Pésimo mensaje al interior de la desmoralizada y desmoronada institución policial. Pues ese nombramiento significa que ninguno de los generales activos de la Policía Nacional es de su confianza.
Pero esa fue la decisión del otrora guerrillero y hoy líder mundial según Time… Así haya salido en la foto con la bandera de Venezuela de fondo. ¿Premonitorio también? Cada vez le encuentro más similitud a Petro con el Rey Sol Luis XIV. ¡El Estado soy yo! Gobierna en virtud de un derecho divino por haber sido “víctima” sistemática de todo. Y esa ha sido una patente de corso para pasar de destruir ciudades a destruir democracias…
El general Sanabria se convirtió en el demonio para el gobierno y el Pacto Histórico. Es claro, Dios empieza también a incomodar. La religión católica incomoda ya en Colombia. Un Estado laico en el cual, como me comentaba un amigo, ya ni siquiera se bautizan los recién nacidos. Ahora sí eliminarán el Dios y Patria. Ese “exorcismo” no demoran en hacerlo. ¿llegaremos al nivel de Nicaragua? ¿Se nos prohibirá por decreto visitar iglesias y profesar más que la religión los principios católicos?
La Colombia del venerado Petro es como dice The Economist y Pastrana un total caos de orden público y criminalidad. Y agregaría: un caos en el cual ni siquiera impera ya la ley y mucho menos Dios.
Pero al mismo tiempo mientras hablan sobre los temas de moda en África y en EE. UU. (cambio climático, diversidad e inclusividad etcétera) en la Colombia del demonio y la impunidad total no paran los asesinatos a militares y policías. Los secuestros exprés. Las amenazas de los gestores de paz del Eln y demás delincuentes en Bogotá. Y siguen súper pendientes de que les pasen la reforma que dejará su salud en manos de sobanderos y teguas profesionales… Mientras los demonios se pavonean encamionetados y enfierrados llenos de lujos como puros demonios sibaritas. Próximos senadores bajo la constitución política de Colombia que viene de Cuba.
Van ocho meses de ausencia del principio de legalidad, exceso de caos y mucho desgobierno. Aún no han negociado con “los grandes empresarios” de la política colombiana. Por todo esto la política es y seguirá siendo un excelente negocio. ¿De qué vivirían si no existiera?