Cuando llegó a Colombia la progresista diplomática Farida Loudaya, sorprendió a revelar su proyecto económico y social en las relaciones comerciales y culturales entre Colombia y Marruecos. Afirmó con énfasis: “Unidos somos más y valemos más”. Es decir que iba a convertir en dinámica realidad aquello de que “la unión hace la fuerza”.
Claro que las relaciones en todos los sentidos entre estas dos naciones ha sido ejemplar, pero esta aguerrida funcionaria se propuso dar lo bueno, a lo excepcional, en el intercambio de productos, servicios y beneficios. Con rigor, perseverancia y gran fervor ha cumplido sus nobles ambiciones, según las cifras, datos y los resultados concretos.
Con hechos y no con palabras, en su discurso con motivo de la brillante fiesta nacional en el Hotel Cosmos, -asistieron multitud de embajadores, parlamentarios, periodistas, funcionarios- dio a conocer los sustantivos logros y los abundantes resultados. Esto tiene gran mérito si pensamos en la crisis no solo mundial, sino nacional, que vivimos y padecemos. Al mal tiempo hay que responder doblando el trabajo, la creatividad y la imaginación.
En lo socio-económico, Marruecos y Colombia se complementan y se ayudan con energía y fortaleza. Este dinamismo nos ha conducido a vivir una especie de “edad de oro”, que facilitará un incremento aún mayor, pues permanentemente el desarrollo crece en nuevos e inesperados frentes.
Hizo un amplio reconocimiento la embajadora Farida a la excanciller Martha Lucía Ramírez y quién, como vicepresidenta y líder de las relaciones internacionales, impulsó con indiscutible vigor los negocios entre los dos pueblos.
A lo expresado antes hay que destacar la voluntad de los pueblos por superarse, por mejorar su nivel de vida y avanzar por encima de todas las dificultades… El rendimiento, los resultados y las tareas se decantan y con la ayuda técnica y la innovación se logran metas ambiciosas.
Muchos analistas económicos vinculan el desarrollo de los estados con la actividad industrial, reforzada con la inversión extranjera y el avance acelerado de la ciencia y la tecnología.
Hay que distinguir el crecimiento del desarrollo, pues no son dos conceptos iguales. El crecimiento es la expansión del aparato productivo, el desarrollo en esto, más el bienestar individual de la población. Crecimiento es lo cuantitativo y desarrollo es lo cualitativo.
Con optimismo y tenacidad más pronto que tarde llegaremos a un buen empoderamiento. Querer es poder, y con liderazgos como el de la embajadora Loudaya, siempre estamos dando pasos hacia adelante. Por su entereza, Marruecos, ocupa una envidiable jerarquía en este inmenso continente que es África. Marruecos, como Estado independiente, es relativamente nuevo, pero ha sabido captar la simpatía y el respaldo de una buena cantidad de países europeos, americanos y asiáticos.