EDMUNDO LÓPEZ GÓMEZ | El Nuevo Siglo
Viernes, 1 de Marzo de 2013

La queja de Verano y algo más…

“Toma forma movimiento de indignados liberales”

 

El ex secretario general de la Dirección Nacional Liberal,  Eduardo Verano de la Rosa,  se ha quejado públicamente contra  la postura asumida por  Simón Gaviria,  actual director del PLC, quien, en forma prematura y sin haber recibido  mandato alguno del Congreso del Liberalismo,  resolvió adherir a la candidatura reeleccionista del presidente Juan Manuel Santos si este inscribiere  su nombre en representación del partido de la U.

Verano de la Rosa, quien aspira la Presidencia de la República, se sintió -con toda razón-   maltratado por el director de su Partido, quien lejos de guardar compostura imparcial resolvió  hacer conocer su decisión política en materia de candidaturas presidenciales sin esperar a que la  máxima autoridad estatutaria,   que no es precisamente Gaviria  sino el Congreso de la colectividad, fijara la línea política en materia de candidaturas presidenciales.

Con la insólita actitud, el  director del Partido  no solamente ofendió  a Verano, sino al liberalismo de la región caribe  y eso tendrá  graves consecuencias  en el interior de esa colectividad política.  Y, desde ahora, debe plantearse que  para preservar la unidad liberal Gaviria  presente  renuncia inmediata  y convoque  un Congreso extraordinario para que la considere y designe su remplazo. Ese Congreso extraordinario deberá, además, fijar la línea política en materia de candidaturas presidenciales.

Haber elegido a Simón Gaviria,  en  la forma en que se hizo, esto es con  métodos carentes de legitimidad,  fue un grave error. En su momento cuestionamos esa elección y  hoy se pone de manifiesto el grave desacierto que se cometió. 

No se puede ocultar que en el interior del partido hay una corriente de liberales  indignados que no están de acuerdo con el rumbo que le ha trazado al  liberalismo su actual Dirección.  Esa corriente política está dispuesta a montar tolda aparte para rescatar  las mayorías perdidas y para iniciar un proceso de revisión interna  que  le permita  al Partido,  nuevamente,  ser opción de poder, pues lejos está ese objetivo si se mantiene la actitud abyecta de su actual Dirección.

Es indispensable, en efecto, un cambio de actitud.   Comportarse como el partido contestatario que fue, y  convertirse, nuevamente en   el apoderado de  las  grandes causas de la nación.  Por ejemplo: de la creciente inconformidad de las regiones contra el centralismo opresor, el cual,  en el actual gobierno, ha tenido sus peores expresiones.

En verdad,  la lucha liberal no puede reducirse a una emulación entre delfines  que sólo tienen en la mira  rendirle  culto  al gobernante de turno, como hoy ocurre.  Hay  objetivos grandes que alcanzar  y hacia los cuales apunta la brújula política  si el PLC quiere desempeñar el papel  de  gran protagonista en los cambios  estructurales que requiere Colombia para superar los vergonzosos índices de inequidad  social y para ir cerrando la brecha que cada día es más profunda

Sirva el mal ejemplo dado por el actual director del Partido y la protesta de  Verano de la Rosa  para que tome forma  el “Movimiento de Indignados Liberales”.  Porque si el Liberalismo sigue  en las manos de la rosca parlamentaria, no tendrá futuro.

edmujndolopezg@hotmail.com