EDUARDO VARGAS MONTENEGRO | El Nuevo Siglo
Lunes, 2 de Enero de 2012

Consciente Año Nuevo

Cada 1 de enero abrimos un ciclo. En realidad cerramos y abrimos ciclos todos los días, muchas veces en forma inconsciente. Al que iniciamos ayer le dimos la bienvenida de manera individual y colectiva, tanto que lo festejamos con cenas, bombos, platillos y buenos deseos.  Hoy tenemos el corazón henchido de buenas intenciones, energías poderosas y sutiles, buena vibra.  Sin embargo, a medida que los días transcurren perdemos nuevamente la consciencia sobre el aquí y el ahora que las festividades de inicio de año nos ayudan a tener presente.  El aquí y el ahora son el único tiempo y el único espacio con los que contamos; nos ayudaría mucho que todos los días de este nuevo ciclo nos enfocáramos a actuar en los aquí y ahora de cada jornada.

Si bien todos los días tenemos la posibilidad de ser mujeres y hombres nuevos, los ritos de comienzo de año son una invitación a la renovación.  Tal vez ayer, como en ningún otro día del año, estuvo más presente en nuestras vidas el verbo soltar: ayer soltamos el pasado, soltamos lo que calificamos como malo, soltamos aquello que nos estorba, o que creemos que nos sobra.  Ayer fue un día de desapego, representado en numerosos rituales de liberación.  Pero como del ego es bastante difícil liberarse, muy probablemente hoy ya tendremos nuevos apegos, nuevas ataduras que no nos permiten fluir y que nos impiden reconocer el poder de vivir en el aquí y en el ahora.

Tener consciencia del aquí y del ahora implica poder dar cuenta de todo lo que nos está sucediendo en este momento presente. El rango es amplio y va desde el dolor de cabeza o la sensación de hambre hasta el amor más profundo por nuestra pareja o nuestros hijos o el pensamiento más positivo sobre un nuevo proyecto.  En nuestro aquí y nuestro ahora tenemos sensaciones físicas, emociones y pensamientos: si nos enfocásemos en reconocerlos cada día de nuestra vida, podríamos aprender a distinguir aquellos que son útiles de los que no. Tendríamos el poder de decidir qué confiere el no vivir en automático, el poder para elegir cómo vivir: si un desplante en la mañana nos generó mal genio, podríamos parar y reconocer que eso pasó esta mañana, hace varias horas, y que en el aquí y el ahora ya no tiene sentido seguir con el enfado: podemos transformar nuestra existencia en pequeños detalles, sólo con darnos cuenta del aquí y del ahora.

En este nuevo ciclo, en cada nuevo ciclo de cada día, podemos renovarnos; podemos elegir y transformarnos para transformar el mundo.  Les deseo un Año Nuevo pleno de consciencia en el aquí y en el ahora.