El derrumbe de la economía | El Nuevo Siglo
Lunes, 30 de Septiembre de 2024

Casi que, a diario, bajo la batuta del actual gobierno, los informes sobre la economía son más negativos, pese a su constante demagogia oficial en la que afirma estar gobernando para los humildes y más necesitados. No quiere esto decir que todo estuviese bien cuando asume el poder Gustavo Petro, más, en general, la situación nacional ha empeorado en casi todos los campos. Lo cierto es que tenemos una economía en caída desde hace varios años y con saldos negativos, convertidos en deudores natos, situación que se agrava en el actual gobierno.

 Varios factores confluyen para que el gobierno agrave la crisis. Los esfuerzos que se hicieron anteriormente para sofocar la violencia en las zonas de predomino subversivo se perdieron con los compromisos para negociar la supuesta paz total. Las Fuerzas Armadas son neutralizadas y no pueden combatir a los subversivos en esos inmensos territorios, en donde hoy se libra una guerra entre ellos para conseguir el predominio militar y de los negocios ilícitos. Somos el único país de la región en donde la violencia impera en zonas en donde las Fuerzas Armadas no pueden actuar, lo que se constituye en la peor de las amenazas para la población que se ve amenazada por la penetración subversiva, a la manera de lo que ocurre por desgracia en Popayán, como en otras ciudades.

Cuantos se asoman al estudio de esa anómala situación, no solamente la describen como tóxica y peligrosa, sino que temen lo peor, dada la caída en la moral del sector castrense, con la salida de destacados, preparados y valiosos soldados, así como por el malestar general entre sus actuales integrantes, los que se encuentran en la imposibilidad de socorrer a los habitantes de las zonas de mayor violencia, pues esos son territorios vedados a su acción. Esos compatriotas están abandonados y sufren la persecución más inicua, son tratados como prisioneros de guerra en su propia patria. En esos extensos territorios se encuentra buena parte de la riqueza natural del país, como el petróleo, numerosos minerales valiosos como el oro y el coltán. Así mismo se extienden por millares de hectáreas los cultivos ilícitos. También, se encuentran en algunas de esas zonas otros recursos por explotar y sería fundamental sembrar allí 8 millones de hectáreas de árboles.

Al tiempo que los colombianos de la periferia sufren la violencia, en ciudades como Barranquilla, se dan muestras de civilidad y madurez política en foros como el convocado por el presidente de Fenalco, Jaime Alberto Cabal, que saca a los gremios de la monotonía burocrática, donde se la da la palabra a dirigentes de diversas tendencias políticas y se permite que, con responsabilidad y madurez, hagan su diagnóstico sobre la realidad del país. No se le puede escapar a los comerciantes que en la medida que el gobierno central atente contra Ecopetrol, endeude la empresa y no contribuya a impulsar la explotación de ese preciado oro negro, la situación económica nacional seguirá en caída libre.  

Es de anotar que el gobierno al atentar contra Ecopetrol, afecta su crecimiento en el país y en el exterior, principalmente en los Estados Unidos, tal como lo demuestran las cifras irrefutables de la actual gestión oficial, de esa empresa. Han conseguido depreciar la acción en un 40%, más los informes nacionales e internacionales indican que a gran velocidad su crítica situación tiende a empeorar. Eso a pesar haber tenido ejemplos de una gerencia positiva desde cuando se avanzó a la explotación conjunta entre Ecopetrol e inversionistas privados. En el país donde se convoca a tantas marchas de protesta no han salido a defender los colombianos a Ecopetrol, siendo que la explotación de nuestros recursos es un derecho de todos los ciudadanos que deben beneficiarse de la riqueza nacional.

El petróleo financia e incentiva el desarrollo, es la energía de la industria, no solamente del transporte y del comercio, sino de muchas otras actividades humanas. Tenemos el ejemplo admonitorio de Venezuela, cuando siendo la primera potencia petrolera del planeta, por políticas oficiales que atentan contra la libre empresa se destituye a millares de empleado capaces, los que suplen por activistas políticos incompetentes y ajenos a esa actividad, en consecuencia, se acelera el derrumbe de la economía de este país. No debemos permitir atentado similar aquí, el cual provocaría mayores males y estallidos sociales sangrientos.