El discernimiento | El Nuevo Siglo
Miércoles, 12 de Marzo de 2025

Fue en documentos del Papa Ratzinger, Benedicto XVI, cuando comencé a apreciar algo muy propio para el ser humano, como es “el discernimiento”, que el Papa Francisco ha precisado en su gran libro “Te Deseo la Felicidad”. Se detecta que, con humildad y audacia, haya superación de algo que nos hace falta, y se invita a buscar un punto orientador para alcanzar un bien del que carecemos. Es un deseo de convertirse en brújula, pues no estás muerto, es como quien con serenidad busca calmar la sed y no esquiva fracasos, ni sacrificios.

Es sentido de la Cuaresma, que por fin es de tomar en serio. Días anteriores a ella hay invitación a desbordamientos carnavalescos en previsión de penitencias, que luego no se realizan.

El “discernimiento” es práctica muy cuidadosamente cultivada entre los Jesuitas, o Compañía de Jesús, fundada por S. Ignacio de Loyola en 1534 aprobada por el Papa Paulo III en 1540, que, por recelos de sus éxitos, fue suprimida por Clemente XIV, en 1773, y solo en 1814 fue reestructurada por el Papa Pío VII.

Es de notar que, en el amplio servicio de noticias, Google, hay esmerada serie de datos sobre el “discernimiento”, proporcionadas por serias fuentes, dignas de crédito y gratitud, pues precisan valiosos detalles al respecto.  Como inicio se coloca que “es método que ayuda a distinguir voluntad de Dios en la vida personal”. “También ayuda a reconocer las señales de Dios en circunstancias imprevistas, el vaivén entre los deseos de la persona y los de Dios. Tiene objetivo que el hombre actué en consecuencia con la voluntad de Dios, con invitación a imitar a Cristo en todo momento.

El discernimiento implica un abandono del YO, para pasar a ser móvil de la voluntad, y del entendimiento de Dios, para amar y servir. Allí entran, según el Papa Francisco, estos elementos: Biblia; relación con Jesús; Espíritu Santo.

Pasando a “etapas” del discernimiento, distintas, son: Estado inicial, estado latente, evolución propia del discernimiento, período de etapa formativa hasta llegar a “certeza moral para obrar”. Yendo a pasos: “Conecta el ayer con el ahora; lo cotidiano y las invitaciones al mañana; mirar la realidad con Jesús; no escuchar entre ruidos”. Lo anterior reclama valentía, repasar la propia historia, soñar en grande, apoyo en aspectos opuestos en práctica, apertura al cambio. Es preciso colocar elementos fundamentales del discernimiento: memoria intelectiva; voluntad; discernimiento de efectos y resultados. “Jesús, modelo de discernimiento”.

Ese gran proceso y proyecto de vida en el “discernir”, es toda una gran realización no solo de Jesuitas sino de todo cristiano y creyente comprometido en algo de resultados sólidos, en una vida que implica: oración, percepción, información, reflexión, acción decidida, dirección espiritual, asumir resultados con base en principios bíblicos y filosóficos.

Gran decisión: “Ponerlo todo en manos de Dios, todo de Él recibido, no pedir rebaja a Dios. Ni un paso atrás. Pedir a Dios alegría y esperanza Plenas, confianza en la asistencia divina”.

 *Obispo Emérito de Garzón

Email: monlibardoramirez@hotmail.com