Los abigarrados nueve protocolos que se divulgaron en La Habana, y que habrán de orientar las negociaciones con el Eln en adelante, merecen varias consideraciones.
Al momento de escribir este artículo aún no se ha concretado con el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas su participación en el proceso de seguimiento y verificación. Es indispensable que esto se precise pronto, pues sin la participación de la ONU es utópico que el cese al fuego entre en vigor, efectivamente, el 3 de agosto.
El atiborrado protocolo que se refiere a la manera como se adelantará la “participación ciudadana” es a mi entender el que mayores interrogantes plantea. Resumo algunos de ellos:
El proceso de consulta con la sociedad civil durará hasta mayo de 2025, tal como se lo había precisado no hace mucho Antonio García al presidente Petro. Así está escrito en este protocolo con todas las letras: las consultas con la sociedad civil se prolongarán hasta mayo de 2025.
En el complejo mecanismo de consultas con la ciudadanía que se ha acordado habrá nueve encuentros regionales y quince grandes reuniones de carácter nacional, clasificadas temáticamente.
En estas abigarradas consultas se despacharán los primeros puntos de la agenda acordada en Méjico. La negociación sobre los demás temas solo estaría comenzando a partir de mayo del 2025. Hasta entonces nos iremos de foros en foros itinerantes a lo largo y ancho del país.
Del gran “Comité Nacional de Participación” (conformado por 81 miembros) saldrán recomendaciones que se pondrán a consideración de la mesa de diálogos.
Queda también claro que en el proceso consultivo con la ciudadanía se abordarán solamente los puntos 1,2 y 3 de la agenda. Pero que los otros complejos asuntos, como los contemplados en los puntos 4 y5 de la agenda entre los que se encuentran la entrega de armas y la desmovilización del Eln, solamente se empezarían a discutir a partir de mayo del 2025.
No queda en claro, aunque ha habido declaraciones ambiguas de los miembros de la mesa al respecto, si las recomendaciones del “comité nacional de participación” tendrán carácter “vinculante” o si serán meros insumos para la mesa.
Si se llega a pretender que las conclusiones del Comité Nacional de Participación tienen carácter “vinculante”, ello equivaldría a montar ni más ni menos una asamblea constituyente por la puerta de atrás. Este es quizás el punto más oscuro e intrigante de los protocolos divulgados. ¿Será que lo han dejado ambiguo a propósito?
El proceso consultivo con la ciudadanía concluye con la elaboración de un gran “plan nacional de la consulta ciudadana” que tampoco queda en claro ni cómo se elaborará ni qué uso se le dará.
La conclusión a la que se llega es que -si se cumple el itinerario señalado en los protocolos divulgados la semana anterior en La Habana- los diálogos con el Eln no estarán concluidos en lo que queda del periodo constitucional de Gustavo Petro.
Prácticamente todo el tiempo de ahora en adelante estará dedicado al complejísimo proceso que se ha diseñado de consultas con la ciudadanía. El próximo año y medio se nos irá en foros.
Vamos a entrar, entonces, a partir de ahora y hasta mayo del 2025, en lo que Álvaro Gómez denominaba un “estado dialogante”, en vez de una negociación de paz propiamente dicha con el Eln, que muy improbablemente concluirá durante el mandato de Gustavo Petro.