Cuando se recurre al sofisma como estrategia política para manipular la opinión pública, el resultado es igualmente falaz. Aunque el sistema electoral de Colombia presenta numerosas deficiencias, algunos políticos ven en el fraude un pretexto para advertir o justificar resultados electorales adversos.
Gustavo Petro ha sido uno de aquellos que ha incorporado a su retórica el discurso del fraude. Y, aunque no formó parte del grupo guerrillero M-19 en 1970, cuando este surgió, adoptó como propia la razón de su creación: la denuncia de un supuesto fraude en las elecciones presidenciales de aquel tiempo.
En 2018, siendo candidato presidencial, afirmó: "tengo la certeza de que en Colombia se roban las elecciones", pero nunca presentó pruebas concretas. Incluso, tras ser derrotado por Iván Duque, acusó al entonces presidente de haber comprado votos, alegando que "por eso ganó con fraude". Duque le superó por más de 2,3 millones de votos. No obstante, ni durante su tiempo en el Congreso ni ahora en el poder, Petro ha presentado alguna iniciativa legislativa para reformar el sistema electoral. Todo ha quedado en meras palabras.
Durante la campaña de 2022, Petro invocó nuevamente al fantasma del fraude. Sin embargo, en esas elecciones al Congreso, cuando a su alianza política, el Pacto Histórico, se le sumaron más de 550 mil votos después del preconteo y publicación de resultados, habló de un "error de transmisión de datos". Tampoco mencionó más el fraude después de que las autoridades y el mismo sistema electoral que critica, validaran su elección en la presidencia de la República; por 700 mil votos.
Una intensa controversia sobre este tema surgió cuando el expresidente Andrés Pastrana afirmó: "En las elecciones presidenciales de 2022 hubo fraude". Su argumento se basaba, entre otras razones, en su denuncia de una reunión en España, en vísperas electorales, entre Petro y directivos de Indra, la empresa que desarrolló el software utilizado por la Registraduría en esas elecciones.
Meses después de su posesión, en un evento en la Casa de Nariño, Petro reavivó el debate al decir: "...el software de la Registraduría con el que se hacen los escrutinios es maleable, modificable, débil y manipulable, tanto interna como externamente". Y Pastrana respondió de inmediato en un tuit: "El software al que se refiere @petrogustavo es el mismo que se usó en su elección. Con esta declaración, Petro confirma mi denuncia: ¡En las elecciones presidenciales de 2022 hubo fraude!".
Esta semana, la Superintendencia de Industria y Comercio, dirigida por la activista Cielo Rusinque, llevó a cabo una "inspección" a la Registraduría, obviando que este organismo no está bajo su jurisdicción de vigilancia, en busca de datos sobre un contrato con la firma Thomas Greg. Esto, porque, tras la polémica licitación de los pasaportes, Petro afirmó que la Registraduría había entregado a esa empresa el software de escrutinio de las elecciones, advirtiendo sobre el riesgo de que "una empresa privada pueda cometer un fraude".
Resulta preocupante que Petro recurra al fantasma del fraude, especialmente cuando ya habla de "ganar las elecciones de 2026", lo cual indica que no está gobernando, sino en campaña. Algunos tememos, esperando estar equivocados, que esté buscando perpetuarse en el poder; otros, menos pesimistas, creen que está preparando el terreno para dejar a un sucesor de su confianza. Pero, es sumamente grave que quien detenta el poder hable de fraude en las próximas elecciones.