Nunca, que se recuerde, los colombianos habían acudido a las urnas acosados por el hambre y la desilusión. Al gobierno todo se le ha salido de las manos, por la imprevisión y la falta de gestión.
El presidente Duque, pensando en las elecciones, alebrestó a sus conciudadanos con un alza inusitada, anormal e insólita del salario mínimo, en momentos de vacas superflacas, producto de un errado manejo de la economía. Otra cosa se esperaba de un mandatario que según dicen se nutrió de economía en el BID.
La gente consideraba que su dignatario y la multitud de amanuenses que lo rodean, encontrarían la vacuna para sacarnos de la encrucijada. Pero fallaron, ¡no estaban preparados!
Duque, entre viaje y viaje, pensaba… pensaba…pero nada encontraba, mientras Colombia se descuadernaba y se arruinaba, sin doliente alguno. Respetables agencias internacionales alertaron al país sobre el aumento de la pobreza y la hambruna que nos acosa, mientras se hace cada vez más evidente el despilfarro de recursos públicos y la corrupción para enriquecimientos ilícitos y compra de votos.
Nadie parece ocuparse ahora de la inflación que nos asfixia mientras la tierra está ociosa por la carencia de una política agropecuaria y de una paz que permita trabajarla. Los acuerdos que hace cinco años permitieron una pausa en la matanza, fueron el juguete que utilizó Duque para cumplir sus compromisos con quienes lo eligieron: volver trizas la paz.
Así, los grupos subversivos diezman nuestra producción agrícola, porque el Estado no ha enfrentado la violencia y las matanzas de líderes, campesinos y población civil. Estamos peor que antes de que se iniciaran los diálogos de La Habana, porque la consigna ha sido desacreditar a cualquier costo, todo lo que huela a Santos.
No hay política agropecuaria, no explotamos la tierra, no producimos alimentos, no generamos empleo, no exportamos, no podemos mitigar el hambre. Duque solo piensa en días sin IVA, que solo sirve vender productos importados, mientras nuestras empresas se arruinan.
Los aranceles cero para algunos insumos agrícolas ya existían y los que ahora se traerán sin aranceles ya no existen en los mercados.
No se ha tocado, por ejemplo, el excesivo costo del crédito agrícola, ni se establecen precios de sustentación.
Esta es la radiografía de lo que nos sucede, mientras el Presidente se da la gran vida, viajando e inaugurando obras que vienen de años.
En estos momentos, está “sacándose el clavo” de casi cuatro años sin poder conocer la Casa Blanca.
Los observadores políticos, los dirigentes, los pensantes y los colombianos, en general, están pendientes del debate electoral del domingo 13. Quieren saber si vale la pena ir a las urnas, porque este patético y sombrío panorama, puede conducirlos a ¡botar el voto!
BLANCO: Estados Unidos habla con Maduro, mientras Colombia busca a Guaidó. ¿Será que Duque no sabe que Biden comprará petróleo a Venezuela?
NEGRO: Dicen que en Bogotá hay más Hoyos, que Rodríguez. Claudia solo tapa lo que le conviene. Esto le quedó grande.