Estaba escrito que durante las elecciones del 13 de marzo y las que se vienen, aflorarían dudas, sospechas y desconfianzas. Las actuaciones de la Registraduría, el Registrador, el Consejo Nacional Electoral y el gobierno, dan lugar a ello.
Vega, el titular creó recelos por la contratación de neófitos y parcializados funcionarios para el manejo de los debates; el querer inflar en 5 millones los habitantes de Colombia, para multiplicar sufragantes. La adjudicación a dedo del multimillonario contrato con Indra para suministrar cifras. Y notificar que “quien crea que va a haber fraude, no se presente”. ¿Habrá inexperiencia, novatada o mala fe del funcionario; que no quiere renunciar?
Colombia instituyó el poder electoral en 1860 para que, controlara, escrutara y declarara al ganador. Desde esa época “el que escruta elige”. Se han visto procesos que terminan en “chocorazos”. Hay que recordar las elecciones de 1970, cuyo fraude fue admitido 28 años después por el “Tigrillo” Noriega, quien era ministro de gobierno.
Al presidente Duque se le advirtió que Alexander Vega no tenía capacidades ni confianza para manejar este debate, y miremos lo que está ocurriendo. Pero el que escruta elige consideró que todo estaba en orden y no actuó.
Adicionalmente el propio presidente dejó ver veladamente que Fico, el que dijo Uribe, era también su favorito. No hubo Procuraduría, Fiscalía, Contraloría, ni entidad vigilante alguna que “jalara el saco” a Duque.
Hemos llegado a un límite que impide a los votantes creer en los resultados electorales, porque quedó sembrada la duda.
Raro que en millares de mesas no aparecieran votos de quienes eran favoritos en las encuestas. No quiero referirme a Petro, sino a todos los partidos y movimientos que reclaman.
Ni siquiera los más votados quedaron satisfechos. El propio expresidente Uribe protestó y dio a entender que hubo fraude, porque su votación bajó, como lo habían pronosticado las encuestas. Y así cada uno fue encontrando fallas que elevaban la incredulidad en la Registraduría.
Las sombras de duda crecen y se multiplicarán durante los 66 días que faltan para la primera vuelta. Urge un remezón que garantice limpieza, claridad, y elimine al “que escruta elige”.
Hay que confiar en el magisterio para escoger los jurados, olvidar los “indras”, asegurar la pluralidad del Consejo Nacional Electoral, cerrar los reconteos de votos violando las normas y demostrar a los colombianos que nuestro Poder Electoral, es fiel y digno de toda nuestra confianza.
Defender la democracia, no puede seguir siendo frase de cajón. Necesitamos elecciones libres, limpias y candidatos con más ideas, y menos dependencias de políticos y poderes que los manejen. Y que el que escruta, no elija.
BLANCO: 135 años cumple El Espectador, desde cuando don Fidel Cano lo fundó y su dinastía con don Gabriel, don Guillermo, don Fidel II y Fidel III, actual director, han derrotado adversidades y persecuciones para fortalecer nuestro periodismo y nuestra democracia.
NEGRO: Jeniffer Arias, debe pedirle perdón al país por traicionar a la Universidad con una tesis plagiada.