Quien creyó estar libre de pecado parar tirar la primera piedra tendrá que agacharse a recogerla. No haber cometido pecado era el requisito. Pero ahora nos enteramos, que según lo dispuesto por el Honorable Consejo de Estado, al anular la reelección del Procurador General de la República de Colombia, Alejandro Ordoñez, su pecado fue haber sido elegido de una terna presentada por Magistrados de la Corte Suprema a pesar de tener parientes en la Procuraduría nombrados por él. ¿Es eso realmente un pecado del Procurador? ¿De los Magistrados? o del ¿Congreso que lo eligió?
Vaya usted a saber. Lo cierto es que se señala como un grave caso de clientelismo, de ese que consiste en que "yo te nombro y tú me eliges. Según lo cual, estaríamos ante a un pecado conjunto con penitencia para todos. Ya veremos que sucede.
De otro lado, queda claro que Ordoñez, a pesar de haber cometido pecado no solo lanzó una sino muchas piedras mas, y varias veces recurrió a epítetos desobligantes como "se la fumó verde", al referirse al exalcalde Petro cuando planteó el tema de la drogadicción entre los habitantes de la calle en Bogotá y una de sus propuestas para ayudar a combatirla. Y en una actitud que no es propia de tan alta investidura, le escuchamos tratar al señor Presidente Santos, de "culipronto" y otras tantas expresiones burdas que riñen con la dignidad de su cargo y el lenguaje a utilizar, pasándose de límite a pesar de estar llamado a ser ejemplo de sensatez y de cordura.
Ser católico creyente y dar cuenta pública de su fe, no puede ser motivo de censura; cada quien es libre de profesar la religión que le parezca y ejercerla. Por eso, quienes lo critican por tal razón, me parece incurren en un tremendo error. Lo que no está bien, es el fanatismo del Procurador Ordóñez llevado al extremo, utilizado para descalificar a quien no estuviese de acuerdo con sus convicciones.
Éstos, en esencia, fueron los aspectos que llevaron a criticar su comportamiento en el ejercicio de sus funciones; además, de haber utilizado la tribuna en un permanente y deliberado ataque político contra el Gobierno, hasta llegarse a hablar incluso de su candidatura presidencial en representación de la oposición.
Por supuesto, si algo le falta a los funcionarios públicos y a los políticos, es quien castigue con rigor su deshonestidad y esa era su intención, pero sus errores de forma la desdibujaron. Sin embargo, como lo plantea la Revista Semana, "el Procurador no perdió su puesto por sus excesos verbales ni por sus críticas..."; la trampa estuvo en la reelección, como también se dice la hubo para reformar la Constitución y reelegir a Uribe; las misma reforma que aún está vigente y que sirvió también para reelegir al actual presidente en ejercicio.
Entonces: "Aquel que esté libre de pecado, que tire la primera piedra", dicen las Sagradas Escrituras.