En un avión, el presidencial, repleto de lisonjeros, el jefe de Estado paseó Europa por segunda vez en menos de un año, para codearse con los organismos internacionales de ese continente. Fue un fantástico paseo.
Cuando aún no ha llegado un solo dólar de esas cuantiosas inversiones que el Presidente dijo haber asegurado durante su anterior periplo, de nuevo nos engatusa revelándonos que hay colas de inversionistas hipnotizados, que ven a Colombia como el país más próspero - ¿y mejor administrado? - de la región, para sus negocios.
La presidenta de la Comunidad Europea, dejó escapar una leve y suspicaz sonrisa cuando escuchó a Duque revelar que, según el Dane, crecimos durante 2021 10.2%, y que este año estaremos por encima del 5%. Carlos Ruiz, suspicaz periodista de CM@, le preguntó si no temía que se calificara esas cifras de “rebote”, a lo cual el jefe de Estado, consideró que quienes así piensen, “dejan mucho que desear de su patriotismo…”
El paseo no ha resultado agradable o productivo, porque a diferencia de lo que sucede aquí, la resonancia de la tournée está plagada de críticas en medios, grupos y organismos. El país que Duque veía desde las alturas y que era exaltado por sus acompañantes, en Europa y al nivel del mar, tenía imagen diferente.
Algunos eurodiputados, con pancartas y camisetas censuraron su presencia: “paren la matanza en Colombia”, “respeto a los acuerdos de paz”, “acaten los derechos humanos” y pregones más fuertes.
El presidente difícilmente pudo haber dormido tranquilo durante el periplo, por lo que allí ha ocurrido, y por lo que pasa en Colombia mientras él, con su séquito, esquiaba y patinaba sobre el hielo.
Quince departamentos y centenares de pueblos y ciudades sufren los rigores de autodefensas, guerrillas, “ciudadanos” venezolanos y delincuencia común. La inseguridad se apodera del país. La corrupción es dueña de una nación que sin “Ley de Garantías” manejará tres elecciones para que las gane el Centro Democrático. Que poco le ha importado la descarada y criminal compra de votos en todo el país y que fue denunciada en la Costa Atlántica por Aida Merlano.
Aparecen también fundados amagos para un fraude electoral. La actual Registraduría no ofrece plenas garantías, como lo han denunciado los partidos políticos, la MOE, la sociedad y últimamente el expresidente Pastrana.
Todo esto y mucho más sucede mientras el jefe de Estado gasta enormes cantidades de dinero recorriendo el mundo, con sus amigos, su asesor hermano, y demás “lagartos”, con maestría en “poner la canal”.
Cuando vio desde su vuelo cómo las llamas devoraban la selva amazónica, encontró tema para decir a la Comunidad Europea que era un fervoroso defensor de la ecología, las energías limpias y el pulmón el mundo. Nada parece saber de las maniobras de ganaderos y mineros ilegales que roban nuestro oxígeno. Presidente: aterrice y atérrese.
BLANCO: Norberto Patarroyo, en El Muro, recordó el 12 de abril de 1929, cuando nació la radio en Colombia. Debemos un homenaje.
NEGRO: La confusa lengua de Ingrid: frañol.