Israel y la profecía están tan ligadas como las piedras preciosas a la biblia. El zafiro en especial es una piedra con un significado espiritual de antaño para el judeocristianismo. En la historia bíblica se menciona en varios pasajes a esta roca. Uno de ellos es sobre Jerusalem y su profecía final, en la que se habla sobre que “de zafiros se cimentara”. También, en Éxodo 24:10, se relata que “y vieron a ÉL de Israel; y había debajo de sus pies como un embaldosado o pavimento de zafiro, semejante al cielo cuando está sereno”.
Pues bien, así como Moisés, Aaron y sus hijos, junto a los 70 ancianos de Israel vieron al Eterno como nunca lo vio ni nadie lo ha visto, posado en aquella planicie de zafiro azul.
Sobre el tema de la joyería y de las piedras preciosas, que singularmente no pasan de moda, y tenemos registro de su uso e importancia desde antes incluso de tiempos bíblicos, pues desde muy temprano en la historia de nuestra época y humanidad, utilizar joyería, pedrería, artesanías, etc., representaba una distinción de quien lo hacía. Asimismo, el uso de estos accesorios era propio de las castas del poder, no por nada casi todos los reyes tenían coronas o brazaletes, collares, pectorales y anillos.
Tenemos data que el oro, como material de importancia económica, social y cultural, empieza a tener una grandiosa relevancia desde la antigua Sumeria, que, hasta día de hoy sería la civilización que precede a las posteriores civilizaciones de Medio Oriente-Occidente. La antigua Sumeria, bien estudiada por el escritor israelí-americano nacido en Azerbaiyán, Zecharia Sitchin, que se especializó en la antigua Sumeria, y entre ello, en el tema de la extracción minera especializada en el oro. Una extracción minera que no podríamos considerar primitiva, pues, es muy probable que la tecnología con la que se extrajo el mineral incluso “sagrado”, y por supuesto precioso, tuvo el uso de tecnología de punta en aquel entonces, e incluso hasta equiparable con lo que conocemos hoy.
La Reina Puabi de Sumeria, hallada por el arqueólogo británico Leonard Woolley, considerado el primer arqueólogo moderno y padre de la disciplina. Woolley, halló y excavó la antigua ciudad sumeria de Ur, que es de hecho, la ciudad de origen del patriarca Abraham. Al igual, este arqueólogo británico, encontró evidencia geológica del diluvio de Gilgamesh, que tiene un gran parecido a la historia de Noe en la biblia hebrea, y que además es la obra épica más antigua de nuestra civilización. La Epopeya de Gilgamesh o el Poema de Gilgamesh que data del 2500-2000 a.e.c, e incluso de mucho antes, es un registro invaluable para la humanidad que conocemos.
También, la reina de Saba, como dice la historia, regaló al Rey Salomón, tres mil novecientos sesenta kilos de oro y piedras preciosas.
El tema de las piedras preciosas, la orfebrería y la joyería es bastante impresionante. Tanto así, como el “Zafiro del Carmel”, un mineral extraterrestre, compuesto de titanio, aluminio y circonio. Hallado en el 2019 por Avi Taub Z''L (“ Zijronó LiBerajá”, de bendito recuerdo, en hebreo) por su empresa Shefa Gems.
¿Podrá ser que sea el Zafiro del Carmel, la piedra original a la cu<l se refiere la biblia en relación con el Supremo de Israel? Y, según eso, ¿habría también una relación con la profecía mesiánica del judaísmo? Pueda que sí, pero por ahora solo se sabe que esta nueva piedra preciosa, bautizada con el nombre del monte del Carmel, que se manifiesta al norte de Israel, es una verdadera preciosidad y que tiene un claro poder espiritual. De hecho, se recuerda al señor Taub como alguien muy observante del judaísmo y cercano a Jabad Lubavitch, al igual que su familia.
De hecho, fue el gran Rebe de Lubavitch, Menachem Mendel Schneerson Z”L, quien tuvo una visión profética que le reveló que: “En Haifa hay mar. No hay que dejarse intimidar por algo que es profundo. La singularidad de Haifa es que tiene un mar, y tiene un valle, y en el valle hay piedras preciosas y gemas. El Santo, bendito sea, hizo una cosa maravillosa; las ocultó en las profundidades de la tierra, y en todo caso, en la profundidad del campo arado”.
Con estas palabras llenas de misticismo, el Rebe le transmitió la buena nueva al Alcalde de Haifa que seguro ni se lo esperaba, y asimismo llegaron a los oídos del señor Taub, quien emprendió la travesía para encontrar estas gemas, que en efecto sí existían y estaban al norte de Israel, siendo el único lugar hasta el día de hoy en donde hay extracción minera y, sobre todo, el único lugar en el mundo en donde se encuentra el “Zafiro del Carmel”.
Twitter: @rosenthaaldavid