En los últimos días, el país ha asistido a lo que puede ser el punto de partida de la campaña electoral colombiana. Al frente de los ciudadanos ya se presentaron los principales actores de la contienda, pero al igual que ha pasado muchas veces, el agro colombiano es invitado de relleno a sus propuestas cuando debería ser el principal.
A corto plazo, el panorama no es nada tranquilizante. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) publicaron su informe que alerta sobre el riesgo de hambre aguda para febrero y mayo de este año.
En dicho informe se establece que es probable que la inseguridad alimentaria se deteriore aún más en Colombia ante el coctel de ingredientes conocidos por todos.
En la primera arista sostiene que nuevos ataques violentos en el país han provocado 61.000 nuevos desplazados internos entre enero y septiembre de 2021, tres veces más que en 2020.
En segunda medida que los disturbios sociales y las perturbaciones económicas se esperan continúen y no mengüen de cara a los próximos comicios electorales, máxime con el lenguaje populista que está marcando esta contienda.
La inflación y la pérdida de poder adquisitivo pospandemia también pone su cuota; el poder adquisitivo de los hogares colombianos cada vez es más bajo. La inflación y la devaluación en país importador hacen que este fenómeno preocupe en los próximos meses.
Por último, en la actualidad nuestro país no solo es el que más acoge migrantes venezolanos, según el informe 1,8 millones en agosto del año anterior, el cual se prevé que crezca en el presente año ante las políticas migratorias actuales.
Pero el problema migratorio no para allí. El número de personas que transitan desde Sudamérica y el Caribe a través del paso del Darién hacia Panamá aumentó de 36.000 personas a 91.000, las cuales no solo transitan, sino que son estacionarias durante muchos días al limitarse en 650 el número diario máximo de migrantes a territorio panameño.
Las principales recomendaciones del informe son contundentes. La FAO sugiere políticas de suministro de insumos agrícolas esenciales para la supervivencia de los animales y el mantenimiento de la producción de cultivos (suministros veterinarios, semillas y fertilizantes), proporcionar asistencia técnica para la producción y conservación de alimentos para animales (ensilado, heno y concentrado artesanal) y la preparación de fertilizantes con insumos locales y la creación de bancos de semillas. A esto debería sumarse una política de orden público en las regiones y una migratoria, pues sin esto lo otro seria inocuo.
Todas estas propuestas ante la inminente crisis alimentaria no aparecen aun en los debates desarrolladas o mejoradas, solo nos queda entonces esperar que este informe aterrice prioridades en la agenda de los candidatos, cambiando el discurso del ataque por el de la propuesta, que si bien puede ser que no esté generando hoy tantos votos, si daría un alivio y tranquilidad en los ciudadanos y en quienes nos observan con preocupación desde afuera.