“Enrique Peñalosa es su propio peor enemigo”
Tremendo escándalo se le armó al Alcalde Mayor de Bogotá D.C. a raíz de unas declaraciones suyas en las que para rechazar la propuesta de fusión de la capital con Soacha señaló “a mi no me van a dar solo el hueso”. Y ahí fue Troya. Desde clasista por tratar a los pobres de “hueso”, hasta deslenguado le dijeron. Y él no se ayudó mucho, cada que trataba de aclarar, oscurecía más.
“Clasista” en bogotano es el adjetivo que se aplica a los ricos cuando descalifican a los pobres por el solo hecho de serlo. Y así son la mayoría de los bogotanos que se creen descendientes directos del Virrey Amar y Borbón, con independencia del saldo que tengan en la cuenta. El antónimo es “resentido” que es el adjetivo que se aplica a los pobres cuando descalifican a los ricos por el solo hecho de serlo. Y como se trata de alcaldes de Bogotá, los de Petro le dicen “clasista” a Peñalosa, mientras los de éste llaman “resentido” a aquél.
En realidad los dos son un par de deslenguados. Peñalosa es su propio peor enemigo. Su auténtico opositor. Ni el tono de “gomelo” que nunca maduró, ni las propuestas que hace cada que sale en público le han ayudado en su pésimo índice de reconocimiento en Bogotá. Va desde la navegabilidad del río Bogotá, hasta la posibilidad de avistar venados en el parque nacional.
Si su asesor de comunicaciones no logra hacer que se calle, debería regalarle un diccionario de eufemismos, a ver si por lo menos disimula, en los meandros del lenguaje, lo que verdaderamente piensa.
Soacha es un verdadero polvorín en materia social, lo que no es lo mismo que un “hueso” en un probable proyecto de anexión a Bogotá. Y por culpa de ese uso del lenguaje, tan poco diplomático, el debate no se hizo sobre la situación social de la mayoría de la población de Soacha, sino sobre el supuesto desprecio de Peñalosa por los pobres.
La izquierda que gobernó los últimos 4 años a Bogotá y que la única mención a Soacha fue para oponerse al proyecto Vargas Lleras de un viaducto sobre el municipio para evitar el trancón, con el típico argumento petrista de que se quería facilitar la llegada de los ricos a sus casas, escondiéndoles la pobrería de Soacha, aprovechó para lanzarse contra Peñalosa, pero sin tomarse el trabajo de ir más allá del simple efectismo.
Soacha era hasta hace poco la ciudad de Colombia que más desplazados recibía diariamente. Es la que más ha crecido en población, sin que simultáneamente su oferta de servicios públicos básicos lo haya hecho. Claramente hay un desbordamiento de las capacidades del municipio. La mayoría de su población trabaja en Bogotá y en cada desplazamiento gastan en promedio ¡5 horas! diarias. Y la única propuesta para semejante drama por parte del alcalde mayor de Bogotá es llamarlos “hueso” e intentar arrebatarles los terrenos de la línea férrea para pavimentárselos.
Y se queja de que porqué será que no lo quieren.
@Quinternatte