ERNESTO RODRÍGUEZ MEDINA | El Nuevo Siglo
Sábado, 6 de Abril de 2013

Poner el cascabel al gato

 

"Regular las TIC para garantizar la verdadera bancarización"

El gobierno del presidente Santos está interesado seriamente en formalizar la economía y uno de los caminos más seguros para poder hacerlo es la llamada bancarización, que es como se conoce el esfuerzo de masificar los servicios financieros. Es, desde luego, la mejor forma para que el grueso de nuestra población tenga acceso fácil y oportuno especialmente al crédito.

Par nadie es un secreto que hoy ese crédito está enfocado, preferencialmente, a quienes tienen capital o está asalariado, pero los más necesitados del dinero están marginados de sus beneficios, presentándose una compleja y desequilibrada distribución del ingreso, único recurso para crear desarrollo en todos los sectores y a todos los niveles.

Los intentos de la llamada "banca para los pobres" no han ido a mayores porque se basan en modelos tradicionales y son golondrinas que no hacen verano. Es aquí en donde las nuevas tecnologías - las de la información y las comunicaciones, conocidas como TIC- pueden hacer la diferencia: está demostrado que desde que los servicios móviles penetran en todas las capas del tramado social pueden ser, y de hecho lo son, la herramienta fundamental para dinamizar los procesos de desarrollo.

Las TI - Información y las TC telecomunicaciones- integrando los contenidos y la infraestructura de las redes y las aplicaciones son  la forma más expedita y segura de llevar a todos los ciudadanos las bondades y ventajas de una banca moderna y esto a mayor velocidad y más bajo costo.

Sin embargo aquí nos topamos con dos leviatanes, que son por un lado los grandes operadores móviles que pretender cobrar a precio de oro la utilización de sus redes y, por el otro, los grandes conglomerados financieros que pretenden seguir expoliando a sus clientes, gracias a la más onerosa intermediación que hay en Latinoamérica.

Y es aquí y ahora donde al Estado colombiano no le puede temblar el pulso para regular el uso de esas nuevas tecnologías a fin de abaratar y masificar el flujo crediticio del que está tan necesitado tanto el aparato productivo como los ciudadanos de a pie. El presidente Santos y todos sus funcionarios deben convencerse que aquí reside una de las claves para poder garantizar lo que se quiere: una prosperidad para todos.

Son decisiones gubernamentales para meter en cintura a dos importantes industrias muy reacias a todo lo que signifique regulación. Por un lado el equipo económico, con Minhacienda y Superfinanciera a la cabeza y, por el otro, Mintic y la Comisión de Regulación de las Comunicaciones, aplicando sus modelos de costos, reduciendo sustancialmente las actuales y onerosas tarifas que los móviles cargan por sus transacciones.

Estamos convencidos que la suma de estos dos factores eliminará el eterno "cuello de botella" que está impidiendo a los más pobres y verdaderamente necesitados beneficiarse de los servicios financieros. Esperamos que, contrariando a Lope de Vega, cada cual le ponga el cascabel a su respectivo gato, pues no deben amedrentarse como los ratoncillos de la fábula y perder una oportunidad de oro para hacer realidad los sueños presidenciales.