Evolución en columna | El Nuevo Siglo
Sábado, 11 de Noviembre de 2023

Hace veinte años esta casa editorial me abrió las puertas y me brindó un espacio de opinión. La reflexión semanal ha sido clave para mi evolución personal y doy gracias por ello.

La primera columna que publiqué en El Nuevo Siglo, en noviembre del año 2003 y gracias a mi querida Xiomara Xibillé, fue sobre infancia maltratada.  Por aquella época yo coordinaba un proyecto sobre erradicación de trabajo infantil en Corabastos, la central de abastecimiento más grande de Colombia, en un esfuerzo conjunto entre la Organización Internacional del Trabajo -OIT- y la Alcaldía Mayor de Bogotá. Empecé, entonces, a hacer análisis político y crítica social.  Infortunadamente, muchas de las columnas que escribí durante los primeros años siguen vigentes: Corralito de miseria, sobre la exclusión en Cartagena de Indias, así como tantas otras sobre corrupción política e inequidad social. 

He de confesar que en algún punto del ejercicio lo sentí estéril: sí, muchas de mis escritos fueron aplaudidos y comentados en diferentes espacios, como La Luciérnaga de Caracol Radio, pero nada cambiaba afuera; solo crecía mi ego y la tramposa vanidad del reconocimiento. En algún momento me pregunté para qué había estudiado comunicación social, para qué tenía una columna semanal; la respuesta llegó: para contribuir al despliegue de la consciencia. Esta epifanía poderosa cambió mi horizonte existencial, así como los contenidos aquí publicados. Mi ejercicio profesional no era para criticar, juzgar ni condenar, sino para aceptar la vida tal como es. Ese giro radical fue aceptado en este diario y comencé a escribir la Esencia de la semana. Mi gratitud inmensa a los doctores Juan Gabriel Uribe y Alberto Abello.

Cada viernes, cuando escribo la columna, pregunto a la Divinidad sobre qué escribir y cómo hacerlo. Las preguntas que me he hecho a lo largo de estos años me han permitido desarrollar una postura existencial ante la vida, con la que me confronto en la cotidianidad. Cuando me observo juzgando o criticando, recuerdo lo que publiqué el domingo anterior y regreso a mi centro. La coherencia es un camino que se va construyendo y la evolución no es una recta ascendente, sino lleno de altibajos, avances y retrocesos. En ese proceso de ser congruente me confronto cada semana para publicar estas líneas.

Agradezco profundamente a mis lectores, muchos de quienes me hacen llegar sus comentarios generosos. Es muy gratificante saber que la evolución no es solo mía, sino que mis palabras contribuyen en algo a la ampliación de la consciencia de muchas otras personas. Escribir esta Esencia es un servicio que me honra y me permite avanzar en mi ruta existencial. En ese camino vamos todos los seres humanos. Que el Amor, la Luz y la Consciencia nos sigan acompañando.

vargasedo@gmail.com