Expropiar con flow | El Nuevo Siglo
Domingo, 2 de Febrero de 2025

En Colombia, la única política pública que está avanzando y se gestiona, es la del entretenimiento. Mientras cientos de miles de ciudadanos se desplazan por la guerra entre guerrilla, disidencias y narcotráfico, otros miles huyen a través de los caminos verdes, para llegar al norte del continente. Y mientras el gobierno advierte que no hay plata y plantea una nueva reforma tributaria, los ciudadanos pueden estar tranquilos: habrá un concierto con “Residente” para que la miseria suene mejor.

Porque si algo ha entendido el gobierno es que no hay crisis que un buen espectáculo no pueda tapar. Lo suyo no es la gestión ni la administración, es la producción escénica: decretos de conmoción interior por aquí, expropiación por allá, un anuncio de traer deportados en clase turista, y, para que el pueblo no se deprima, una presentación estelar en la tarima grande. ¿Por qué arreglar el país si podemos ponerle banda sonora a su deterioro constante?

El pasado jueves, con bombos y platillos (y un costo de 4 mil millones de pesos del erario), se anunció el Concierto de la Esperanza”. No se sabe qué esperanza es la que se pretende impulsar, pero sí es seguro que el evento no será gratuito para los contribuyentes. Solo el cantante cobrará 2 mil millones de pesos, una cifra que en cualquier contexto haría que el Ministro de Hacienda dijera no hay plata”. Lástima que si se aplica, pero cuando se habla de inversión en infraestructura, seguridad y proyectos de desarrollo.

Al mismo tiempo que el gobierno derrocha, se insiste en que la única salida a la crisis fiscal es una nueva reforma tributaria. Porque, al parecer, el problema nunca es el despilfarro, sino la falta de ingresos. La solución, no es ajustar el gasto, sino exprimir más a los contribuyentes. Que paguen los empresarios, los independientes, los asalariados. ¿No quieren pagar más impuestos? Pues váyanse del país. Eso sí, si los deportan, no hay problema, que aquí les pagamos el tiquete de regreso.

Y hablando de pagar cosas con el dinero de todos, entre los decretos publicados en el marco de la conmoción interior, uno en especial llama la atención: la expropiación administrativa. Explican que su propósito es facilitar la protección de las víctimas del desplazamiento y la reincorporación de excombatientes”. Tema interesante, porque aterrorizados criticamos la inseguridad jurídica y los atropellos en Venezuela, y algunos, parecen creer que aquí será diferente. Que la expropiación es para la gente”, que es por una buena causa. Pero la historia demuestra que, una vez abierta la puerta de la confiscación forzosa, las razones para usarla se expanden más rápido que los recursos para el Concierto de la Esperanza”.

El Gobierno nos dice que el país está en crisis, pero al mismo tiempo derrocha como si el presupuesto fuera infinito. Nos piden que seamos solidarios con reformas tributarias, pero el dinero de nuestros impuestos financia conciertos, gastos suntuarios, vuelos aéreos y masajes en la Casa de Nariño. Nos aprietan el cinturón, pero ellos lo aflojan para moverse con soltura en la rumba gubernamental.

Prepárense, colombianos. No habrá un buen crecimiento económico, pero sí el baile del derroche institucional. No habrá seguridad, pero sí un buen espectáculo.

Si alguien pregunta por qué no hay plata para la salud, educación o seguridad, simplemente subirán el todo el volumen del festejo para que no se escuche la respuesta. La ecuación del socialismo es sencilla: unos pierden lo suyo en el abuso del nombre del pueblo, mientras otros ganan fortunas en nombre del progreso y su justicia social”.