Niñas y niños inocentes
El relato lo hace Mateo, el evangelista. Según su crónica Herodes, temeroso de la llegada del Mesías, quien vendría a reinar, ordenó sacrificar a todos los niños menores de dos años, motivo por el cual María y José tuvieron que huir para escapar de las manos de los sicarios que cumplían el encargo del Rey a quien los Reyes Magos engañaron luego de prometerle la oportuna información acerca del nacimiento de Jesús. Las niñas se salvaron de ese infanticidio.
Se deduce del evangelio de Mateo que para Herodes solamente resultaban sediciosos los menores varones de dos años, por lo tanto la niñez, para este Rey criminal, únicamente se predica de los niños que aplican en su particular censo. Si la misma circunstancia se evaluara hoy el asunto sería más grave, pues ese calificativo se le da a todo aquel que no haya salido de las faldas de su madre, sin importar la edad que realmente tenga. Ello no quiere decir que sean inocentes, pues gracias a la Internet, la TV y otros medios de comunicación, la inocencia se pierde antes de la llegada a la etapa del biberón y el argumento tiene apoyo científico si se respalda en las teorías freudianas sobre el complejo de Edipo. Para estos “niños” sin tetas no hay paraíso.Habitualmente hoy se llaman “niñas o niños” a todos los individuos que viven bajo la tutela de los padres con independencia de su edad o virginidad, simplemente se trata de parásitos que a pesar de encontrarse en capacidad de ser útiles y productivos, prevalidos del proteccionismo de sus padres, consumen como trogloditas y antropófagos a costa del presupuesto familiar; se divierten las veinticuatro horas del día y sueñan con llegar a la Presidencia de la Cámara exhibiendo como único título los méritos de su progenitor, porque hijo de tigre…
A tal grado ha llegado la insensatez que el enigmático homicidio de un estudiante, cuyo cadáver apareció arrojado en las descubiertas cañerías de Bogotá, se le atribuye a la acción de unas “niñas y niños” de la Universidad de los Andes.
Las revueltas de mayo del 68, históricas, pero no al estilo de Juan Manuel, porque cambiaron la visión política del mundo, también sirvieron para que los hijos de quienes protagonizaron ese movimiento juvenil se educaran bajo una escuela psicológica de retraso mental que les ha impedido asumir con propiedad la angustia existencial que Goethe describe magistralmente en las cartas del joven Werther.
El ex ministro Oscar Iván Zuluaga ha revelado que Colombia es una potencia: porque tiene el índice más alto de niños y niñas desempleados. El mundo cuenta con 1.200 millones de menores entre 15 y 24 años y de esos 8,5 son nacionales. Muchos niños y niñas ingenuos que por su inconciencia infantil no se arriesgan a asumir el mundo con responsabilidad y únicamente les preocupan los conciertos y el fútbol.