Francisco, vicario de Cristo (III) | El Nuevo Siglo
Jueves, 30 de Marzo de 2023

Continuamos, destacando expresiones y actitudes del Papa Francisco, pero no podemos dejar sin recordar, todavía, antes, de la herencia recibida en la Iglesia en el Gobierno de algunos de sus antecesores. Otros Papas con gran contribución al progreso de la humanidad son los de la época del Renacimiento (Siglos XV a XVII), como León X, Clemente VII y Julio II, avanzando en la historia esa pléyade de cumplidores de gran misión en los dos últimos siglos, como Gregorio XVI, el Beato Pio IX, S. Pio X, Benedicto XV, con especial cumbre en un Pio XII, S. Paulo VI, S. Juan Pablo II, seguido por Benedicto XVI.  

Volviendo a la edificante tarea de ir destacando detalles de la vida y enseñanzas del Papa Francisco, Vicario de Cristo, en su primera década de pastoreo de la Iglesia, está bien recordar su propósito de cambiar el trono por el simple sillón de Pedro, el pescador, apto para recibir “suave brisa, pero, también, para afrontar tempestades”. Encontramos, enseguida, sus escritos pontificios, como: Alegría del Amor”, “Luz de la fe”, “Sea alabado”, “Todos hermanos”.  Son ellos expresión de cuanto él mismo vive, quien no se complace en imponer obligaciones a los humanos sino en compartirles y comentarles, caminos de alegría y esperanza, como son los del Evangelio.   

Es de resaltar su preocupación, a poco de su llegada al Pontificado, por la agilización en Tribunales Eclesiásticos, de las causas matrimoniales, dando respuesta afirmativa a la nulidad, pero firme en cuanto a indisolubilidad cuando no la hay. Todo esto es muestra de su acercamiento pastoral a esa primera célula de la sociedad y de la Iglesia, como es la familia, que exige eficiente y prudente atención.  

No podemos dejar de mencionar expresiones del apreciado Papa Francisco, al destacar su misión como de “primer párroco del mundo”, de la cual debe dar ejemplo, comenzando con su llamado y asiduo de acercamiento a ellas, y que se tenga “olor de oveja”.  Este desvelado Pastor, sintió, en un momento, el deber de advertir llagas o pecados de los más cercanos a él, y, por eso, su denuncia, en cierto momento, de lo más notorio en las mismas esferas vaticanas. Es el Padre y Pastor también no indiferente a los peligros de toda la familia humana, con voz de alarma, a grandes y pequeños del mundo, a evitar hecatombes, a cuidar con amor y medidas concretas, a la “madre tierra”

Esa amplia herencia, iniciada por el mismo Jesucristo, su divino Fundador, de inmediato recibida por San Pedro, de la que tanta riqueza espiritual hemos recordado, enriquecida con el aporte del actual Pontífice Francisco, fue la que él recibió hace diez años, para cuidarla y acrecentarla. Queden estas líneas como recuerdo inolvidable, pero, también, agradecer tantos bienes que Dios ha concedido a la humanidad por medio de la Iglesia de Cristo, defenderla de tantos incansables detractores, enriqueciendo a la humanidad con un vivir nuestro acorde con tan importantes enseñanzas.

Gratitud a todos los Papas, Vicarios de Cristo. Oración por esa benemérita Iglesia, y por un Pontífice Romano que ha emergido desde nuestro Continente Latinoamericano. Gracias a Dios, y a esta “madre y maestra de la humanidad.        

*Obispo Emérito de Garzón  

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