El 16 de noviembre, al filo del plazo, y a pesar de intereses nada claros que se interpusieron, el superintendente delegado para procesos de insolvencia dio vía libre a un acuerdo de acreedores para la reorganización de Friogán S.A., con lo cual esta empresa de los ganaderos salió del proceso de liquidación y avanza en su recuperación.
Esta es una película repetida, pero con “malos” y desenlaces diferentes. En agosto de 2015, Friogán fue aceptado al régimen de la Ley 1116 junto con su accionista mayoritario, el Fondo Nacional del Ganado (FNG). So pena de entrar a liquidación, tenía que aprobarse un acuerdo con los acreedores, que requería del voto favorable del FNG, pero su Junta Directiva, presidida por el entonces viceministro Pineda, quien a su vez actuaba por órdenes de Iragorri, negó esa posibilidad.
Pineda, en claro prevaricato y abuso de funciones, impidió la aprobación del voto favorable al acuerdo, que contaba con una mayoría de siete de nueve miembros de Junta. El señor Pablo Muñoz, promotor del acuerdo, actuó con negligencia cómplice y dejó hacer al Ministerio. El desenlace fue dramático: en mayo de 2016 fue liquidado el FNG y con igual suerte corrió Friogán dos meses después.
Muñoz fue designado liquidador del FNG y se convirtió en villano del remake que tuvo mejor final a pesar suyo. No solo se opuso a un acuerdo de conveniencia evidente, dada la recuperación de Friogán, que arrojará 1.300 millones de utilidades en 2017, sino que abogó descaradamente por los intereses del Banco de Occidente, que se oponía al acuerdo, en causa común con su abogado, Alejandro Revollo, quien -¡ah coincidencia!-– fue interventor del Fondo Premium cuando Muñoz era liquidador de Interbolsa. Viejas amistades, nuevos intereses. Lo cierto es que Muñoz salió derrotado y con muchas dudas sobre su conducta.
Friogán está a salvo gracias a la gestión de su liquidador, Luis Fernando Arboleda, quien encausó la empresa hacia la recuperación, logró sacarla de la liquidación y llevar a buen término el acuerdo de reorganización.
Fueron determinantes la posición del ministro de Agricultura, Juan Guillermo Zuluaga, y el apoyo de la Comisión III del Senado, que por iniciativa del senador Fernando Araujo, rechazó la liquidación y le solicitó a Muñoz votar la reorganización.
La Procuraduría Delegada para la Vigilancia Preventiva impidió que se volvieran a torcer los caminos a Friogán, mientras la confianza de nuevos inversionistas y del Instituto de Desarrollo de Antioquia, que capitalizará sus acreencias, permitió una realidad financiera propicia.
Queda un sabor amargo y muchas batallas por dar. La decisión de la Superintendencia comprobó que las inversiones en Friogán nunca fueron un riesgo para el FNG y que, por ende, este nunca debió haber sido liquidado ni su administración arrebatada arbitrariamente a Fedegán.
@jflafaurie