GABRIEL ORTIZ | El Nuevo Siglo
Viernes, 20 de Enero de 2012

Paz, así sea en secreto

Se abrió el debate nacional e internacional sobre posibles negociaciones de paz con las Farc, ya sean dentro de nuestro territorio o en un país amigo que esté dispuesto a permitir los diálogos, que desde varios sectores se han sugerido, como un nuevo esfuerzo para sacar a esta ensangrentada y sitiada patria del conflicto.
Son pocas las fuerzas que se le miden a este intento, porque gran parte de los colombianos se niega a creer en las propuestas de una guerrilla que tradicionalmente se ha negado sinceramente a dialogar, con la generosidad que lo hizo la de El Salvador.
Son muchos los errores que hemos cometido y que nos han llevado al actual estado de cosas. Por ejemplo, en varias oportunidades se le ha dado la espalda a una reforma agraria integral para atenuar la lucha de clases en el campo. Siempre se ha admitido un reparto de tierras estériles, áridas e infértiles para los labriegos, dejando las ubérrimas y feraces para los tradicionales terratenientes, guerrilla y paras, que a través de maniobras non sanctas han despojado de sus parcelas a los campesinos pobres. Para descalificarlos, les “cuelgan” el cartel de malos administradores, incapaces, ineptos e inútiles. AIS es un ejemplo de ello. “Sólo los ricos pueden explotar la tierra”, dicen.
Posiciones como esas son el principal abono para la inconformidad que guerrilla y grupos al margen de la ley aprovechan para despojarlos y desplazarlos de sus terruños, o en el mejor de los casos convertirlos en sus peones. Guerrilleros, paramilitares, bandas criminales, ciertos terratenientes, obligan a estos compatriotas a desplazarse o morir.
De ahí la importancia de encontrar la fórmula que permita vislumbrar la agenda de paz, sea interna, externa, pública o secreta, como parecen ser las que avanzan utilizando las precarias propuestas de “Timochenko”.
La situación apremia. Es urgente buscar los espacios de diálogo y caminos de reconciliación, pero difícil si nos atenemos a lo que ocurre con el M-19, al que la caverna no quiere concederle el perdón y el olvido que nuestras leyes le han dispensado.
Hay que darle una salida al “nudo gordiano” que nos retrasa cualquier proceso de paz.
Blanco. La designación de Hernando José Gómez como zar del TLC. Es uno de los pocos colombianos que puede impulsarlo con provecho.
Negro. El “cartel de los más buscados” está lleno de “no buscados”.
gabrielortiz10@hotmail.com