El país entra en la recta definitiva, entre lo imaginado para ver caer pronto el virus, gracias a medicina sapiente, o lo peor, siguiéndole la carrera loca y siniestra, contra mentes y corazones de gran vida, con origen celestial.
Los calendarios en distintos países en el mundo subrayan, mayo y junio, como dos meses, con luces para el posible terminal de cuarentenas y aislamientos, para derrotar al enemigo sin rostro.
Es una predicción más con deseo de mayorías para vivir, compartir y disfrutar naturaleza, por encima de techos y amenazas, ante reiteradas advertencias para no quedar contaminado o contaminar a los suyos.
Los períodos establecidos para reactivar actividad económica y laboral despertaron choques de criterio, sobre la ruta para sobrevivir hacia la segunda mitad de año; Bolsillos y carteras, también están atacadas por la Pandemia.
El manufacturero sin dinero, o el constructor de vivienda, que se las conocen todas, han ganado batallas, sin verdaderos bancos cooperativos como debe ser; Dinero han obtenido sorteando, el muro de créditos e intereses que, parecen jugando Yo-Yo.
Al cooperativismo verdadero hay que regresar si el país decide seguir adelante, produciendo legal, sin corrupción, sin tumbes ni mentiras; Ahí esperan los otros mercados, no solo para almorzar, también el efectivo para producir y, dar empleo.
Una plataforma activa es la experiencia científica, sobre virus, pruebas y medicamentos para vacunas, que urge Colombia; Y, otra, ciudadanía negativa que, con pesimismo margina, además, la posibilidad de ganarle, al coronavirus.
La realidad es viva y creativa: Por eso el país, con criterio ´berraco´ sigue adelante, como han vivido millones de personas en campos agrícolas, en fábricas urbanas, en oficios diferentes y, muchos como profesionales, con acierto y éxito.
Corresponde destacar el grado de responsabilidad observado en Minsalud y su sector, donde los héroes, por su meritorio trabajo en clínicas y hospitales, construyen camino con pacientes recuperados; De hecho, el buen aporte, es el seguimiento a la Curva de Colombia, en el gráfico del estado del virus.
Ciudadanía, autoridades nacionales, alcaldías, gobernaciones y centros universitarios en salud, han fortalecido refuerzo con análisis de pruebas sobre presuntos contagios y, tratamientos con protección en casas de los afectados.
Se dice que las dificultades traslucen episodios siniestros, con cara de acabose; en contraste, una persona o muchas, podrán afirmar, que esta guerra, tiene contendores en favor de 50 millones de colombianos.
Este enfoque abierto, deja al columnista, grato sabor solidario al promover con tiempo, el mensaje que toma fuerza, porque el optimismo ganará, a una de las más graves contingencias del país en este siglo.
La buena onda, sin virus y con salud, se inspirará triunfal, con ilusión y sin fatalidad.