De secuestrados a héroes
Dura la semana que pasó, mucho para opinar, diferentes temas importantes como la solicitud de retiro presentada por el general Humberto Guatibonza Carreño, director del Gaula Nacional.
Pero cómo no referirnos al crimen de nuestros compañeros en Caquetá; mucho se ha dicho en los últimos días sobre estos héroes, pues el dolor golpea a los colombianos de bien. Retomo lo que he expresado en varias oportunidades: “Enterramos nuestros muertos pero no el dolor”, porque seguimos llevando en el alma esa llaga que no sana, y sí lacera frente a la indolencia de las Farc. Poco se hizo esperar la salida de voces malintencionadas queriendo culpar al Ejército de los hechos, les recuerdo a esos patriotas que es obligación constitucional de las Fuerzas velar por la libertad de todos los residentes en Colombia, no busquemos responsables donde no existen ni desviemos la mirada de los verdaderos asesinos.
No voy a repetir el episodio vivido por nuestros hermanos secuestrados en manos de los subversivos, bástenos deducir que fueron masacrados villanamente y que uno de ellos logró salir con vida, convirtiéndose en el único héroe sobreviviente de este crimen. No encontramos palabras ante los familiares, acompañarlos en su pena no será suficiente; tanto parientes como Colombia entera piden justicia, que se castigue a los responsables del linchamiento, porque eso fue lo acontecido en aquellos parajes, los subversivos lincharon servidores públicos, hombres de corazón grande, mostrando la cara criminal, costumbre inveterada entre esos delincuentes; ojalá Rodrigo Londoño “Timochenko” trate de dar una explicación de los actos protagonizados por sus hombres, pues de lo contrario nos debemos dar por notificados que el conflicto no ha cambiado ni cambiará, sin importar lo diferentes que sean sus líneas de mando o por disímil que sea su filosofía sobre el conflicto.
En situaciones anteriores se ha predicado que la muerte de los plagiados sirva para encontrar el camino hacia la paz -retórica caída en desuso-, pero no hemos encontrado respuesta a esa alusión, por lo tanto el Gobierno y la Fuerza Pública deben encarar el conflicto con toda la capacidad bélica posible. Recordemos que sólo luchando, presionando, capturando y enfrentando exitosamente al enemigo, haremos que el delincuente entienda lo imposible de lograr una victoria ante las fuerzas del Estado. Es viable que Rodrigo Londoño en estos días manifieste no estar de acuerdo con la orden direccionada a eliminar los secuestrados ante amenaza de rescate, sustentando ser anterior y contraria a sus nuevas directrices, las que no ha logrado difundir con la urgencia necesaria por la presión militar ejercida en determinas zonas, esa sería una salida que el Gobierno puede recibir con el beneficio de la duda, pero es un explicación al fin y al cabo, postura que abriría las esperanzas de un futuro promisorio para el país.