GENERAL (R.) LUIS ERNESTO GILIBERT V. | El Nuevo Siglo
Martes, 1 de Enero de 2013

Llegó el 2013

Como  todos los ciudadanos para esta fecha, presento  mis deseos por un futuro año pleno de alegría y positivismo, sin embargo, quiero hacer algunas observaciones sobre los últimos días de 2012. Entenderán mis queridos lectores el direccionamiento hacia la seguridad, pues veo necesario resaltar algunos aspectos iniciando por muertes violentas, lograr una  reducción la noche de Navidad es labor titánica, solo las personas que hemos tenido la oportunidad de servir a la ciudadanía en estas fechas, sabemos lo angustioso de la situación especialmente en salas de emergencias hospitalarias, ¡que buen punto para la Policía¡ Seguramente podríamos globalizar los temas deseándoles a la institución y sus mandos todos los éxitos necesarios para el futuro, pero no podemos quedarnos en aplausos, es bueno empezar a colaborar sugiriendo proyectos y metas hacia el 2013.

Me animo aludiendo un trabajo sobre protección de  niños y adolecentes,  son incalculables las cifras de menores comprometidos con delincuencia, fungiendo tanto de victimarios como víctimas; esa responsabilidad no solo atañe a la  Policía, pero bien puede la institución liderar un trabajo en equipo dirigido a ese tenor, insinúo aprovechar buena disposición del Defensor del Pueblo para comprometer esa y otras entidades con la causa, como diría mi general Navas. Otro pensamiento que pide atención va dirigido a la legalización de  drogas ilícitas, no podemos olvidar la posición del Presidente, que se comprometería con el tema si el mundo acuerda este tipo de salida, de manera que no sería estratégico tomar partido en un tópico tan difícil y coyuntural.  La lucha contra la delincuencia común es un reto de alta jerarquía, es la que mayor daño hace al ciudadano del común, el atraco, el hurto a residencias, el de automotores,  el robo de a celulares, el cosquilleo (carteristas), el narcotráfico, en fin, son muchos los tipos  de  delitos que se deben atacar diseñando estrategia institucionales y ciudadanas, pues solo el tejido policía-sociedad los puede neutralizar.

Hace un año el comandante de la Policía Metropolitana de  Bogotá, quien sabe que  seguridad no son solo muertes violentas,  anunció una estrategia para contrarrestar los delitos que más azotan  la  capital,  homicidio,  lesiones personales,  hurto de residencias,  hurto de vehículos, hurto de personas, microtráfico y nombraba 6 coroneles como responsables directos de reducir cada uno de  los índices;  pero no escuché a lo largo del año a ninguno de los nombrados, exponiendo su plan, ni informando resultados; a lo mejor el comandante asumió la vocería, pero así como se habló de reducción en nivel nacional del homicidio navideño, se debió informar los resultados de todo este programa capitalino.