GUILLERMO FRANCO CAMACHO | El Nuevo Siglo
Domingo, 20 de Noviembre de 2011

Cauce

 

En  “Talante” (octubre 25) se anunció la preferencia por David Luna como Alcalde Mayor de Bogotá. Luego, en “Diferencias” (noviembre 6), previa insistencia en ser de minorías la venidera gestión de Gustavo Petro, se insinuó el entendimiento con otros sectores políticos. Muy pronto, Enrique Peñalosa y Miguel Gómez mostraron buena voluntad. El primero fue el adversario principal de Petro con respaldo de los partidos Verde y Social de Unidad Nacional (la U) y lo más significativo del conservatismo; colaboraría sin vinculación al gabinete y, ya que lo mencionó, se le sugiere que no descarte a San Gil. Este nexo puede ser útil al ser Peñalosa una autoridad internacional en urbanismo. El segundo es conservador, integrado a la U y ayudaría desde el Congreso.
Diversas reacciones se han escuchado en torno de la sugerencia. David Luna prometió una vigilancia rigurosa a la administración Petro, lo cual puede ser positivo para preservar la democracia. Igual María Isabel Rueda, aunque en términos puntuales. El partido liberal (en boca del senador Velasco) se mantiene a la expectativa. Hay renuencia a intercambiar respaldo por puestos. En todo caso, se dispone de un mes largo para tomar decisiones.
Algunos analistas han criticado las primeras manifestaciones de Petro, como Alcalde Electo, al deducir que mira la Alcaldía como un logro secundario y que su verdadera aspiración es la Presidencia de la República: temen un eventual descuido en su actividad administrativa. Es obvio que el nuevo burgomaestre tiene visión amplia y ello es compatible con su inminente posición, puesto que se requiere un buen vínculo con los niveles regional y nacional.
Llama la atención la ubicación de Petro como marxista a cargo de Lionel Moreno Guerrero. Esta denominación es impopular en nuestros días y tiende a desaparecer en la definición de los partidos actuales de izquierda donde se habla de socialistas, socialdemocracia y laborismo que son coherentes con la democracia y la propiedad privada. A partir del origen común, Karl Marx, surgieron dos vertientes: el socialismo democrático y el comunismo. Este siguió la línea de Lenin y Stalin y, después de la caída del muro de Berlín y la desaparición de la Unión Soviética, tiende a extinguirse. El socialismo democrático sobrevive, en particular en las naciones avanzadas de Europa Occidental. Petro no se declaró marxista en los debates sostenidos y se le podría pedir aclaración.