GUILLERMO FRANCO CAMACHO | El Nuevo Siglo
Domingo, 29 de Enero de 2012

¿El abismo?

El resto de la humanidad debe analizar la actual crisis europea porque, de empeorar, puede afectar gravemente al resto del mundo. Parece encontrarse cerca del punto de inflexión en que, según las medidas que se adopten, Europa caería en el abismo o se recuperaría. Lo primero se relaciona con una visión limitada del liderazgo europeo y lo segundo con mirada y criterios amplios y opuestos a los que fijarían la alternativa inicial. Esta conclusión se deriva del análisis de The Economist (noviembre 12, 2011) sin que se descarten posiciones intermedias.
Algunos hechos lucen increíbles, en especial para quienes tienen en alta consideración el papel de Europa a lo largo de la historia y la cultura mundiales. Se entiende, por ejemplo, en el preámbulo de la crisis, que Grecia no presentaba cifras económicas correctas a sus socios de la Comunidad Europea. Sencillamente es absurdo que tal evento ocurriera al no ser propio de países serios comprometidos en actividades conjuntas.
Desconcierta, también, que no existiera en la Comunidad un mayor grado de políticas económicas comunes en vista de tratarse del esquema de integración más avanzado del mundo, inclusive en aspectos políticos. Tal estado de cosas se esperaría de naciones distintas a las europeas y se cita un último factor: se creía en la vigencia de ortodoxia económica y, en dicho sentido, causa perplejidad el alto y peligroso nivel de la deuda pública entre los socios de la Comunidad y, asimismo, aunque en menor grado comparativo, del déficit fiscal. La inevitable austeridad obliga a reducciones substanciales en los frentes indicados y estas lucen como recomendaciones aplicables al ámbito subdesarrollado.
Agrada, por tratarse de un economista tope a quien se aprecia, en grado sumo, o sea, Joseph Schumpeter, que The Economist lo tome como punto de arranque para la búsqueda de una solución permanente: “El sistema monetario refleja todo lo que la nación quiere, hace, sufre y es”. Es claro que primero se resalta la debacle financiera y económica pero, desbordando lo anterior, hay que entender lo que sucede en Europa y conocer las respuestas evadidas a determinadas preguntas fundamentales.
Las preguntas, por ejemplo, cubren la actitud hacia la globalización, la delimitación del Estado Bienestar y llegar a los Estados Unidos de Europa. Lo anterior requiere emprender los esfuerzos requeridos para resolver la crisis del euro, lo cual es factible.