GUILLERMO FRANCO CAMACHO | El Nuevo Siglo
Sábado, 30 de Julio de 2011

Políticas


“Según banco central que no se desborden crédito y consumo”


SE  tratan, en la edición 376 de Dinero, diversos aspectos de la política económica en los plazos coyuntural, corto y mediano. Se analiza, en “¿Se le fue la mano?”, el aumento del 4,0% al 4,25% en la tasa de interés de intervención del Banco de la República y las conclusiones son negativas. Dicho dictamen guardaría relación con las perspectivas desfavorables, de las políticas fiscal y monetaria, contempladas por Eduardo Lora en “El agotamiento de las políticas macro”. Por otra parte, en “Menos plata para la guerra” se plantea que varias iniciativas trascendentales provocarían cambios significativos, por ejemplo, las leyes de víctimas y de sostenibilidad fiscal, la regla fiscal y el postconflicto. Lo anterior conlleva la reformulación de las políticas y prioridades.


Es lógico trasladar fondos de la fase del conflicto al postconflicto cuando la primera empieza a resolverse y conviene diseñar la nueva sociedad cuando las pugnas todavía tienen lugar. Se ha sugerido, al respecto, que el esquema contenga elementos que la guerrilla querría impulsar, v.g., la justicia social.


Así que el citado movimiento de recursos ocurriría en el entendimiento de resolverse el conflicto a favor del Estado. Se sugiere, sin embargo, realizarlo en el momento adecuado, y no acelerarlo, con lo cual la seguridad democrática mantendría su relieve. Como anotación al margen, ha de conservar su significado amplio tal que su producto se mantenga, o sea, las seguridades política y jurídica, caras a los antiguos romanos, quienes impulsaron un modelo exitoso de desarrollo económico basado en la locomotora del comercio internacional.


En resumen, existen factores que podrían incidir en una disminución no tan radical de la comentada movilización de recursos. En primer lugar, la eficiencia en el combate de la corrupción. En segundo término, aplicar el modelo noruego del manejo de la “enfermedad holandesa” que se derivaría de las bonanzas mineral y del petróleo.


Según se comentó, Dinero critica el incremento de la tasa de interés debido a que la inflación no es alta, se perjudican la industria y el empleo y las obras civiles disminuyen. Sin embargo, hay argumentos optimistas: facilidades crediticias, el grado de inversión, la minería, el incremento del consumo y el alivio relativo del desempleo. Lo conducente, según el banco central, es que no se desborden el crédito y el consumo. La atención personal se concentra en el financiamiento de la seguridad democrática y el déficit fiscal.