GUILLERMO LEÓN ESCOBAR | El Nuevo Siglo
Martes, 30 de Octubre de 2012

La Nueva Evangelización

 

Termina el Sínodo de la “Nueva Evangelización”. Los documentos son buenos y comprueban la vieja verdad de que la iglesia es una multinacional de la inteligencia y que en este momento está regida por una de las diez personas más brillantes en el pensar y ver hacia adonde ha de orientarse el mundo en crisis que nos repite que la Fe es “creer en alguien y no solamente en algo”.

El año de la fe, inaugurado, exige coherencia en el decir y en el vivir.

El Evangelio es desde el comienzo el mismo. La “Nueva Evangelización“ no pretende cambiarlo sino hacerlo conocer de la misma manera que Jesús lo hizo, estando entre la gente, yendo de un lado al otro diciendo cómo amar al prójimo, sentándose con ellos a conversar, enseñando ternura pero al mismo tiempo fustigando a quienes hacen de “lo religioso” un negocio.

En la Iglesia hay mucho bien y mucha capacidad de practicar el Evangelio. Lamentablemente  los comunicadores por lo común solo se fijan en el mal y en los escándalos. Si fueran buenos indagadores superarían aquello que constituye uno de los pilares del fracaso de la cultura de la comunicación  que se quedó estancada en la tontería de que las buenas noticias no son noticia. (Que hay pocas excepciones a esta realidad es cierto pero siguen siendo clamorosamente pocas).

Basta ir a las iglesias parroquiales donde el cura, los hombres y mujeres laicos, viejos y jóvenes y organizaciones religiosas se reúnen para estar día, tarde y noche a disposición de los demás haciendo cierto el amor al prójimo. Compartiendo con ellos. Quien quiera conocerlo debe ir allí y verlo con sus propios ojos.

Nada hay más perverso que un buen consejo seguido de un mal ejemplo. El cristianismo no es una teoría. Hay mucho cura inteligente -y eso está bien- pero el obispo y el cura se deben a los fieles; si no lo hacen están fallando. No es el Evangelio el que está en crisis, tampoco lo es Dios. Lo que está en crisis es la caricatura de dios que se comercializa; esa que llama peregrinos a quienes tan solo son turistas; esa de los grandes festines del mundo reunidos para hablar de la pobreza. Lo que está en crisis no es Jesucristo sino muchos de quienes dicen ser sus administradores. El cristianismo es amor al prójimo.

Vuelve a su denunciante actualidad la parábola que narra Lucas en el Capítulo 10 en donde se cuenta de aquel que fue atracado por ladrones y malherido y que tan solo despertó la curiosidad del sacerdote y del levita y tan solo fue atendido por el samaritano (un pagano, un cualquiera del diario vivir) que se detuvo y se hizo cargo de quien había sufrido violencias extremas. Esto es ahora un gran desafío de nuevo.

Benedicto XVI ha dejado en claro que la Nueva Evangelización no es una teoría sino encontrarle a Dios un lugar en el mundo.

guilloescobar@yahoo.com