Henry Bradford Sicard | El Nuevo Siglo
Jueves, 4 de Diciembre de 2014

¿Y del metro qué?

 

Los bogotanos nos enfrentamos a un caos vehicular creciente; en las últimas semanas se ha puesto de manifiesto la situación lamentable de movilidad que vivimos en la capital de Colombia: trancones, vías destruidas, inundaciones, en definitiva, una ciudad colapsada y ninguna medida definitiva para mejorar esta situación ni a mediano ni a largo plazo.

Se han probado varias  alternativas, como es el caso del pico y placa para particulares e incluso para servicio público, la vía exclusiva de transporte público en la carrera séptima, la promoción de las ciclorrutas…  sin embargo, las condiciones de movilidad se siguen deteriorando con el paso de los meses.

Una salida a esta situación es, como lo han hecho la mayoría de ciudades capitales en todo el mundo, consolidar un sistema de transporte público que realmente movilice un número importante de ciudadanos, adicional al ya conocido TransMilenio.

Precisamente hace algunos días se llevó a cabo el foro “Metro de Bogotá: ¿ilusión o realidad?”, donde expertos de movilidad y urbanismo analizaron temas positivos y negativos de esta idea, que lleva en la mente de los bogotanos más de 60 años y aún no hemos sido capaces de convertir en una realidad. En este sentido, el mismo Presidente de la República enfatizó en que han existido numerosos estudios de factibilidad del proyecto, mucho dinero invertido en análisis a lo largo de la historia de la capital y muchas promesas incumplidas, lo que ha llevado a que los ciudadanos no lo veamos como una posibilidad real.

El mismo Presidente reiteró el compromiso del Gobierno para la financiación del metro con cerca de siete billones de pesos, en un período de quince años; sin embargo, esta suma es sólo una parte para iniciar la obra que se estima en más de quince billones de pesos para construir la primera línea. El resto del dinero necesario deberá salir de la Alcaldía, aunque existen muchas incógnitas e interrogantes sobre cómo hará para conseguirlo.

Al parecer, ya están trabajando en la preparación de los pliegos para la licitación de la construcción, a la cuál vendrán multinacionales con buenos pergaminos y gran experiencia en la construcción de metros en otras ciudades del mundo.

Muchos debates se han realizado sobre esta idea; aspectos jurídicos, técnicos e incluso políticos han llenado los espacios de discusión, así como los temas de viabilidad financiera o de impacto ambiental y social.

Se estima que se han invertido más de cien mil millones durante los últimos cinco años tan solo en estudios técnicos que a la fecha no han producido ningún resultado visible. Cualquiera que sea el futuro del metro, más allá de las dudas que aún persisten en el sentido de su viabilidad y de sus beneficios, la Alcaldía debe tomar medidas más contundentes para solucionar el gravísimo problema de movilidad por el que atraviesa Bogotá y que ha generado que la calidad de vida de los habitantes haya disminuido de forma alarmante, al punto de que hoy nos encontremos en los primeros lugares de la lista de ciudades con mayores tiempos de desplazamiento. Ojalá que nuestros hijos puedan ver una medida definitiva en este sentido.