HORACIO GÓMEZ ARISTIZÁBAL | El Nuevo Siglo
Domingo, 16 de Diciembre de 2012

Defensa de los Llanos Orientales

 

Desde  los tiempos de la colonia, lejos de las metrópolis, fuera de la historia, millones de hombres en el trabajo oscuro de los campos, han venido construyendo la grandeza del país. Si se olvida esta humilde pero múltiple actividad, no podremos entender nunca las inesperadas renovaciones de nuestra vida civil. La verdad profunda es que la riqueza, la entraña de la nación está en los campos; tenemos una república esencialmente rural y campesina.

Todas nuestras orientaciones legales y constitucionales deben estar calculadas sobre  este hecho inevitable. Colombia es aldeana y no citadina. Con espíritu desolado escribió Spengler sobre este asunto: “… La gran  ciudad señala el término del ocio vital de toda cultura. La ciudad se traga al campo. Los campesinos dieron antaño vida al mercado, a la ciudad y la alimentaron con su mejor sangre…”. Los luchadores y empresarios, los intelectuales y los líderes de los centros metropolitanos, en un 95 por ciento provienen de la provincia.

Lo anterior lo sostuvimos en la Universidad del Meta, fundada y dirigida por Rafael Mojica, autor de 10 libros y batallador incansable por el progreso del Llano. Desde Villavicencio, la  Universidad del Meta ha enseñado que este sector nacional, no solo es petróleo, ganadería, agricultura y mil productos esenciales para Colombia, sino cultura, investigación, ciencia, adiestramiento y humanismo. En los medios académicos se han registrado con cierta discreción los éxitos intelectuales de muchos de sus valores. Últimamente se ha destacado en el terreno investigativo Leonor Mojica, exdirectiva de la Universidad del Meta y quien lleva varios años muy fecundos dedicados al estudio y al trabajo académico. La prestigiosa Universidad de Salamanca la ha escogido para que la represente en  congresos universitarios realizados en Moscú, París y Berlín. Por su consagración al estudio se le han hecho reconocimientos y ha recibido propuestas para que se radique en forma definitiva en Europa. Aunque el horizonte de esta catedrática es halagüeño en España su futuro y su cita deben ser con Colombia. La fuga de cerebros tan destacados hace daño a un país dominado por la politiquería, la farándula y la superficialidad. Las gentes que sobresalen por su virtud y talento tienen un hondo compromiso con su patria. El que mucho recibe, mucho tiene que dar. La ciencia y el conocimiento son lo único que puede salvar a las naciones tercermundistas.

Colombia podría progresar mucho más, sin la fuga de sus cerebros privilegiados, sin tanta politiquería mezquina. Sin tanto centralismo, sin tanto ataque guerrillero y sobre todo sin tanta corrupción. Geográficamente nuestro país esta diseñado para un prudente descentralisimo y una organización federativa en lo económico. Entre nosotros tenemos colombianos del Pacifico, del Caribe, de la Amazonia, de la Orinoquia y de la rica montaña andina. Los mediterráneos, los llaneros, los costeños, los del altiplano, requieren orientaciones diferentes. Cada zona tiene su acento en la voz, sus costumbres, sus instituciones. Desde la capital es imposible darles asistencia adecuada a mil cien municipios. Descentralizar es ceder poder