HORACIO GÓMEZ ARISTIZÁBAL | El Nuevo Siglo
Domingo, 5 de Febrero de 2012

Argentina y Colombia

 

 

La vida internacional en esta época de la globalización y de la masificación de los medios de comunicación es como el aire: nos rodea, nos asedia, está en todas partes y resulta imprescindible para vivir. El comercio, la economía, la ciencia, la seguridad, el deporte, el arte, la cultura, todo, absolutamente todo, se internacionalizó. Por esto y otras razones aún más poderosas, la diplomacia tiene una importancia excepcional.

En este momento Colombia cuenta con un grupo muy calificado de embajadores en Bogotá, que con tesón lucha por fortalecer con ejemplar eficacia las relaciones entre los pueblos. Después de ocho años de intensa actividad social, política y cultural, termina su misión el general Martín Antonio Balza, escritor, valiente militar -participó en el conflicto de Las Malvinas-, conferenciante y ensayista meritorio. Desde que llegó a Colombia se propuso, y lo logró, darle dinamismo, fluidez y eficacia a las relaciones colombo-argentinas. El volumen de negocios creció con beneficio para los dos países; en lo cultural el protagonismo del general Balza en multitud de escenarios colombianos fue contagioso. El general Martín Alonso Balza le dio aún más prestigio y fama a su nación, considerada como una de las más avanzadas en América por su cultura en todos los ámbitos, incluyendo especialmente la disciplina deportiva. La Argentina es una República antorcha, en multitud de actividades enaltecedoras.

El Nuncio de S.S., Aldo Cavalli, el embajador de México, Florencio Salazar, y otras personalidades le han hecho memorables homenajes de despedida al general Martín Antonio Balza, quien ha sido trasladado como embajador al hermoso país de Costa Rica, llamada la Suiza de América.

En los discursos hemos escuchado expresiones que definen muy bien a algunos países. Veamos varias. El Vaticano es campeón en la defensa de los valores del espíritu. Argentina, mejor morir como leones, a vivir como corderos. México, patria de la  libertad, todos tienen dos patrias, la suya y México. Brasil, hay que darle proyección cósmica a la política internacional. Venezuela, cuna de genios, Bolívar, Bello y Miranda, Costa Rica, prefirió la convivencia civilizada, a los ejércitos hostiles. Uruguay, humanizó el fundamentalismo. Paraguay es la Esparta de América. Bolivia, como el toro de lidia, se crece con el castigo. Chile, Dios hizo al mundo y los chilenos hicieron a Chile. Ecuador, no espera el milagro, lo hace. Jamaica, es mejor dar abrazos que ofender, el puente une, el muro aísla. El Salvador, la mejor joya de la corona turística. Guatemala, por su tesoro histórico, su futuro está en el pasado. Perú embruja por su geografía, historia y la mejor gastronomía de América. Panamá, la puerta más poderosa para la integración mundial. Honduras, lo más hondo y entrañable del sentimiento latino.